Se abre un nuevo centro en Labañou destinado a proporcionar apoyo a personas en situaciones vulnerables.
En La Coruña, Galicia, se ha inaugurado recientemente el Centro de Atención Continuada de Padre Rubinos, ubicado en el barrio de Labañou, luego de las reformas llevadas a cabo en el antiguo albergue de la institución benéfica.
Este proyecto, impulsado por el Concello, busca ofrecer un recurso fundamental para aquellas personas en riesgo de exclusión social.
La inversión realizada, que asciende a aproximadamente 715.000 euros (alrededor de 595.000 euros tras la conversión), ha permitido renovar tanto la planta baja como el semisótano del edificio.
Las reformas han dado lugar a nuevas instalaciones que tienen capacidad para atender a 40 personas, aunque se prevé que se continúen las obras para ampliar aún más esta capacidad.
El antiguo albergue de la Institución Benéfico Social Padre Rubinos, inaugurado en 1971, había quedado desactualizado en cuanto a los requisitos modernos necesarios para proporcionar atención social adecuada.
En abril de 2021, el Gobierno local, encabezado por Inés Rey, firmó un importante convenio con la entidad para recuperar el edificio y adaptarlo a las necesidades actuales.
El acuerdo estipula que el Concello asumiera la gestión de las instalaciones del albergue, que abarcan casi 2.000 metros cuadrados, con la obligación de transformar el espacio y adecuarlo según la normativa vigente.
Esto es clave para poder establecer un Centro de Atención Continuada que responda a las necesidades de la población en riesgo de exclusión.
Desde este viernes, el centro de Labañou complementa otros recursos disponibles en La Coruña, lo que permite a los ciudadanos que se encuentran en situaciones difíciles tener acceso a espacios de descanso y atención durante la noche, en un horario que va de 20:00 a 10:00 horas.
Entre las nuevas instalaciones, se han habilitado salas polivalentes que servirán para actividades y encuentros de los usuarios, así como un ambigú y aseos adaptados.
Este tipo de centros son cruciales en el contexto actual de la sociedad, donde las problemáticas de exclusión y vulnerabilidad son cada vez más visibles.
La creación de este centro también refleja una tendencia creciente en toda España de transformar antiguos edificios públicos o privados en recursos sociales.
La Coruña no es ajena a esta realidad, y la reciente inversión y la apertura de este centro es un paso más en la lucha por mejorar las condiciones de vida de las personas más desfavorecidas.
Es imperativo que las ciudades continúen desarrollando iniciativas que ayuden a integrar a estos ciudadanos en la sociedad, ofreciendo las herramientas necesarias para su recuperación y bienestar.