El comité de la ciudad de Toronto busca adquirir paquetes de boletos para la Copa Mundial de la FIFA 2026, generando controversia sobre el uso de fondos públicos.

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El comité encargado de la organización del Mundial de Fútbol de 2026 en Toronto planea invertir alrededor de 10,7 millones de euros en paquetes de boletos, que luego se revenderían a precios elevados.

Esta estrategia ha generado críticas por parte de algunos concejales, quienes consideran que se asemeja a la reventa de boletos, actividad que muchos consideran poco ética, especialmente cuando se utilizan fondos del contribuyente.

A medida que se acerca la Copa Mundial, los boletos para los partidos son uno de los reclamos más deseados en el ámbito deportivo. En este sentido, el comité ha decidido aprovechar esta popularidad al invertir en paquetes que incluyen entradas, acceso a suites de hospitalidad y otras comodidades en el estadio.

Sin embargo, algunos funcionarios de la ciudad han manifestado su incomodidad ante esta decisión, argumentando que la reventa de boletos debería ser una actividad reservada para el sector privado.

El plan de gastar 10,7 millones de euros se presentará al consejo municipal para su aprobación final la próxima semana. Uno de los concejales, Jon Burnside, señaló que este enfoque es comparable al modelo de negocio de plataformas como StubHub, afirmando que hay ciertos aspectos en los que los gobiernos no deberían involucrarse, como en la reventa de entradas.

Por otro lado, Josh Matlow, otro concejal que ha criticado repetidamente el acuerdo firmado entre la ciudad y la FIFA en 2022, indicó que esta situación revela la desesperación del municipio por encontrar medios para financiar los costos del evento.

Según él, se está interpretando este acuerdo como un error que obliga a la ciudad a recurrir a la reventa para cubrir los gastos.

La celebración de la Copa Mundial de 2026 en Toronto fue anunciada en junio de 2022, cuando la FIFA otorgó a la ciudad el derecho de albergar cinco partidos de la primera ronda y un partido de eliminación directa.

En total, el costo estimado para Toronto es de aproximadamente 380 millones de euros, de los cuales más de 200 millones serán financiados por los gobiernos federal y provincial.

Entre los factores que han contribuido al incremento de gastos se encuentran la adecuación de los estadios, la inflación y los costos de seguridad.

Sharon Bollenbach, directora ejecutiva de la Secretaría del Mundial de la FIFA de Toronto, defendió la estrategia de adquisiciones de paquetes de hospitalidad, argumentando que es una oportunidad que no se debe dejar pasar.

Aclaró que la ciudad está negociando con varias organizaciones que podrían estar interesadas en adquirir estos paquetes de boletos, aunque no reveló detalles sobre los precios o los posibles compradores.

Algunos concejales, como Anthony Peruzza, ven el plan como una oportunidad lucrativa, preguntando por qué la ciudad se limitaría a adquirir solo 10,7 millones de euros en paquetes de juego.

Sin embargo, la falta de información sobre los equipos que jugarán en Toronto y el interés de los aficionados plantea un desafío a las proyecciones de ingresos.

En resumen, el debate en torno a esta propuesta refleja no solo la emoción que genera la Copa Mundial, sino también las tensiones entre la administración pública y el objetivo de maximizar los beneficios económicos de un evento de tal magnitud.