Un comité parlamentario decide no investigar el escándalo de drones que afectó a la selección femenina de fútbol de Canadá, desatando críticas por parte de algunos legisladores.

Esta situación ha llevado a que un comité parlamentario en #Canadá decida no investigar a los entrenadores del equipo, tras un voto en contra por parte de miembros del Partido Liberal y del Bloque Quebequés.
El escándalo se originó cuando las autoridades capturaron un dron que sobrevolaba el entrenamiento de la selección neozelandesa antes de su enfrentamiento programado contra Canadá.
Como consecuencia, el equipo femenino canadiense fue penalizado con la reducción de seis puntos en la fase de grupos del torneo, impactando significativamente sus posibilidades de avanzar.
Además, la Asociación Canadiense de Fútbol fue multada con aproximadamente 293,000 euros y varios miembros del equipo, incluidos la entrenadora Bev Priestman, el analista Joseph Lombardi y la asistente Jasmine Mander, fueron suspendidos durante un año.
La diputada del Nuevo Partido Democrático (NPD), Niki Ashton, fue una de las voces críticas que exigió que se realizara una investigación sobre la implicación de los funcionarios de la selección y Canadá Soccer en este desafortunado suceso.
Ashton, en su intervención, destacó la necesidad de rendir cuentas y de preservar la integridad del deporte, especialmente de cara a la Copa Mundial que Canadá coorganizará en 2026.
Según ella, "es fundamental que los parlamentarios, en nombre de los canadienses, busquen responsabilidad y aseguren que realmente estamos apoyando a nuestros atletas".
Sin embargo, a pesar de estas solicitudes, el proyecto de Ashton fue rechazado en el comité, donde seis miembros del Bloque y del Partido Liberal votaron en contra de la propuesta, mientras que otros cinco miembros de los conservadores y el NPD expresaron su apoyo.
Están eludiendo importantes preguntas sobre el alcance del escándalo y las acciones requeridas para abordar la situación
La diputada Ashton manifestó su descontento, argumentando que esta decisión representa encubrimiento por parte de los Liberales y el Bloque, quienes, según ella, están eludiendo importantes preguntas sobre el alcance del escándalo y las acciones requeridas para abordar la situación.
Como resultado de este incidente, la discusión sobre la ética en el deporte en Canadá se ha reavivado, planteando interrogantes sobre los estándares de conducta y las prácticas dentro de la Asociación Canadiense de Fútbol.
La comunidad futbolística y los aficionados están ahora a la espera de los hallazgos de una revisión independiente externa sobre el escándalo, cuya publicación se espera para un futuro cercano.
A medida que Canadá se prepara para ser sede de uno de los eventos deportivos más importantes del mundo en 2026, la resolución de este escándalo y la restauración de la confianza en las instituciones deportivas resultan cada vez más urgentes.