El club argentino Independiente intenta evitar la sanción impuesta por la Conmebol después de incidentes en su estadio, mientras la relación entre las instituciones se tensa aún más.

La sanción, que incluye 14 partidos sin público y una multa económica, ha generado una gran controversia en el fútbol sudamericano y ha puesto en evidencia las tensiones existentes entre las instituciones.
Supuestamente, esta medida fue tomada por los incidentes ocurridos en el estadio de Avellaneda durante el último partido, donde la seguridad se vio comprometida y se registraron hechos violentos.
La sanción, que equivale a aproximadamente 13.000 euros, ha sido vista por muchos como excesiva y desproporcionada, especialmente considerando que el club argumenta que la responsabilidad de los disturbios no recae únicamente en su gestión.
El presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio 'Chiqui' Tapia, se reunió en Ezeiza con Néstor Grindetti para analizar la situación y buscar una solución diplomática.
Según fuentes cercanas, Tapia dejó en claro que la postura del club en su comunicado oficial no contribuiría a aliviar la crisis, y que sería más efectivo buscar una mediación con #Conmebol para reducir las sanciones.
Supuestamente, el máximo dirigente del fútbol argentino también expresó su intención de gestionar una rebaja en las penalizaciones, que incluyen la prohibición de asistencia del público en partidos en condición de local y visitante.
La idea sería evitar que la sanción afecte aún más la imagen del fútbol argentino, que ha atravesado por varios escándalos en los últimos años.
Independiente ha manifestado su fuerte rechazo a la sanción y a la versión de que la misma fue una decisión política
Por su parte, #Independiente ha manifestado su fuerte rechazo a la sanción y a la versión de que la misma fue una decisión política. En un comunicado, el club acusó a la Conmebol, presidida por Alejandro Domínguez, de favorecer a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), y ordenó retirar todas las referencias al club del museo de la entidad en Luque como forma de protesta.
Supuestamente, el club de Avellaneda también ha expresado su malestar por la aparente falta de respaldo por parte de la AFA y del fútbol argentino en general, lo que ha agravado aún más las tensiones institucionales.
La postura de Independiente es clara: consideran que la sanción fue desproporcionada y que la decisión benefició a Universidad de Chile, que avanzó a los cuartos de final.
En ese contexto, el equipo estudiantil chileno, que supuestamente fue beneficiado por la sanción, ahora sería el gran ganador en esta controversia.
Independiente analiza la posibilidad de acudir a la FIFA para solicitar una revisión del caso y exigir un fallo justo antes de los próximos partidos de la fase eliminatoria.
Además, la dirigencia del club no descarta la opción de solicitar la suspensión de los partidos hasta que se resuelva la situación, en un intento por defender sus derechos y evitar que se vea afectada la integridad de la competencia.
Mientras tanto, la intervención de Claudio Tapia busca ser un puente para desactivar la tensión y buscar una solución diplomática que permita una salida negociada a esta crisis.