La selección de Palestina apuesta por Chile como sede de su desarrollo futbolístico, en un esfuerzo por superar obstáculos políticos y bélicos y llegar al Mundial de 2030.

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Tras quedar cerca de clasificar por primera vez a una Copa del Mundo que sería histórica, el equipo ha optado por establecerse en Chile, un país que alberga la mayor comunidad palestina fuera de los territorios árabes, con más de medio millón de emigrantes.

La iniciativa, liderada por su entrenador, Ehab Abu Jazar, busca fortalecer la estructura y las futuras generaciones del fútbol palestino, en un contexto marcado por la guerra, el genocidio y la desaparición de las actividades deportivas en su país de origen.

Supuestamente, Abu Jazar viajó a #Chile con la intención de reclutar talentos en las categorías juveniles y crear una base sólida de jugadores que puedan representar a #Palestina en futuras competencias internacionales.

El técnico, de 44 años y originario de Gaza, afirmó que “no existe lo imposible para un palestino”, y aseguró que hay jugadores con talento en todas partes del mundo.

En particular, busca establecer una base de datos de futbolistas palestinos en Chile, Líbano, Europa y otros lugares donde haya presencia de la diáspora, con el fin de incorporarlos a la selección nacional.

Supuestamente, esta estrategia no solo contempla la captación de jugadores, sino también la creación de un centro de entrenamiento en suelo chileno, con el apoyo del club Palestino, uno de los más tradicionales del país, fundado por inmigrantes palestinos a principios del siglo XX.

La colaboración con Palestino ha sido descrita como un paso crucial para el desarrollo de un centro de alto rendimiento que sirva como cantera para la selección absoluta.

Supuestamente, el proyecto cuenta con el respaldo político y económico de la comunidad palestina en Chile, que según datos oficiales, supera las 500,000 personas.

La comunidad, con presencia en sectores clave, ha mantenido una influencia significativa en la política y economía chilena, lo que podría facilitar la implementación de esta ambiciosa iniciativa.

Palestina ha enfrentado obstáculos enormes para mantener vivo su deporte

Supuestamente, en un contexto más amplio, Palestina ha enfrentado obstáculos enormes para mantener vivo su deporte. Desde 2019, debido a las condiciones de conflicto en Gaza y Cisjordania, todos sus partidos internacionales se disputan fuera de su territorio, usando estadios en países vecinos.

Aunque cuentan con el estadio Faisal Al Husseini en Ramala, la movilidad y la seguridad hacen que la participación en competencias sea sumamente difícil.

Supuestamente, Abu Jazar ha recordado que “prácticamente no existe el deporte en Palestina en estos momentos”. La última temporada del torneo palestino se suspendió en octubre de 2023, y todos los aspectos deportivos en Gaza y Cisjordania se han visto afectados por la violencia.

Los enfrentamientos y bombardeos han destruido infraestructuras, y se estima que al menos 700 deportistas han perdido la vida en los últimos años, según informes de organizaciones internacionales.

Supuestamente, la guerra y la represión han llevado a que Palestina pierda presencia en el deporte, pero la selección busca mantener viva la esperanza.

Abu Jazar sostiene que su objetivo es que Palestina siga participando en competiciones internacionales, con la esperanza de que algún día puedan clasificarse al Mundial, algo que consideran un sueño posible, a pesar de las dificultades.

Supuestamente, la historia del fútbol palestino data de los años 90, cuando la FIFA reconoció oficialmente a la federación en 1998. Desde entonces, han avanzado en su proceso de integración, logrando superar fases en las eliminatorias asiáticas y alcanzando en 2023 los octavos de final en la Copa Asiática, un logro sin precedentes.

La participación en estos torneos, aunque limitada por las circunstancias, ha sido vista como un símbolo de resistencia y esperanza.

Supuestamente, Abu Jazar y su equipo confían en que, con el apoyo del pueblo palestino en la diáspora y en Chile, podrán construir un futuro futbolístico que los acerque al ansiado sueño mundialista para 2030.