El encuentro amistoso programado en Florida entre las selecciones de Canadá y Venezuela podría verse afectado debido a las tensiones internacionales entre Venezuela y Estados Unidos, generando duda sobre su realización.
El entrenador canadiense Jesse Marsch expresó su duda sobre la realización del encuentro, cuyo destino dependerá del contexto diplomático en los próximos días.
Marsch declaró el miércoles en Toronto, durante un entrenamiento previo al partido contra Ecuador, que aunque esperan que el juego se lleve a cabo, las circunstancias políticas podrían alterar los planes.
“Con toda la situación geopolítica actual, estamos optimistas de que el partido se jugará, pero no podemos predecir qué pasará exactamente. Nos gustaría que todo permaneciera tranquilo para que el evento siga en pie”, afirmó.
Venezuela ha movilizado a miles de militares en respuesta a lo que consideran una amenaza imperialista por parte de Estados Unidos, que ha enviado el portaaviones USS Gerald R.
Ford al Caribe, en medio de acusaciones de intenciones agresivas contra el gobierno venezolano. Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, ha denunciado que Estados Unidos está más interesado en derrocar su mandato que en mantener relaciones diplomáticas normales, acusando a Washington de planear operaciones militares encubiertas y abiertas.
El contexto político tenso ha provocado que otros eventos deportivos en la región también se vean afectados. Canadá, que está en proceso de preparar su participación en la Copa del Mundo que coorganizará en conjunto con Estados Unidos y México en 2026, ha manifestado su preocupación por las complicaciones logísticas y diplomáticas.
Venezuela actúa como local
Aunque el partido se jugará en Estados Unidos, #Venezuela actúa como local, y #Canadá recibirá una tarifa por su participación en calidad de visitante.
La federación canadiense ha indicado que cuenta con mecanismos legales para hacer valer sus derechos en caso de que el encuentro no pueda realizarse.
Este partido, que originalmente estaba previsto para jugarse en Florida, ha generado controversia desde su anuncio. En septiembre, Canadá intentó cambiar la sede del juego debido a preocupaciones sobre la seguridad y efectos políticos, pero decidió no hacerlo para no afectar la preparación para el Mundial.
La situación política, sin embargo, continúa siendo un desafío, con tensiones que también han afectado a otros eventos deportivos en la región.
Por otro lado, Venezuela se prepara para disputar un amistoso contra Australia en Houston, en el marco de su calendario internacional. La competencia entre las dos selecciones, además de servir como preparación, lleva un trasfondo político en medio de la crisis diplomática. La tensión entre ambos países, y la intervención de actores externos, mantiene en alerta a los deportistas y a las autoridades deportivas.
La comunidad internacional sigue de cerca este escenario, que refleja cómo los conflictos políticos pueden afectar incluso a eventos deportivos programados con meses de anticipación.
La situación en Florida podría resolverse en los próximos días, pero todo indica que la realización del amistoso dependerá de la estabilidad en las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos.
