La selección femenina de Canadá venció a Haití en un amistoso internacional en Montreal, reuniendo a una gran comunidad haitiana que celebró con entusiasmo a pesar de los desafíos políticos en su país de origen. La noche fue un reflejo del espíritu y la pasión de la diáspora haitiana en Canadá.

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Aunque el resultado fue favorable para Canadá, la verdadera celebración la protagonizó la numerosa #comunidad haitiana presente en el partido, que llenó las gradas y las calles aledañas de entusiasmo, orgullo y esperanza.

El encuentro, que tuvo lugar en un día templado de verano, fue mucho más que un simple partido de fútbol. Para los seguidores haitianos en Montreal, especialmente aquellos que mantienen vínculos con su tierra natal, representó una oportunidad de expresión cultural y de mostrar al mundo su identidad y su pasión.

La comunidad haitiana en Canadá, que supera las 200,000 personas según datos del censo, ha sido históricamente una de las más activas y vibrantes del país, con una fuerte presencia en #Montreal y otras ciudades.

Durante el partido, los fanáticos haitianos ondearon banderas, lucieron camisetas con los colores de su bandera y corearon enérgicamente, convirtiendo el Estadio Saputo en un pequeño rincón de #Haití en Canadá.

Para Carmel Victor, originaria de Haití y residente en Mascouche, esta atmósfera era una extensión de su país, un momento para celebrar a pesar de las complicaciones políticas y sociales que atraviesa Haití actualmente.

"Cuando estamos juntos, hablamos fuerte y claro. Cuando ganamos algo, hacemos fiesta," expresó Carmel, destacando que este partido era una celebración de resistencia y orgullo colectivo. Por su parte, Rigobert Laguerre, quien emigró a Montreal hace más de diez años, afirmó que su asistencia no era solo por la competencia deportiva, sino por extrañar la energía que solo un evento así puede brindar.

El partido también fue una oportunidad para que jóvenes de la comunidad, como Carl Bellejour, pudieran reafirmar sus raíces. Aunque de primera generación canadiense, Carl no ocultó su alegría y orgullo de apoyar a Haití, incluso vistiendo una camiseta de su país.

Desde el punto de vista deportivo, el equipo canadiense, clasificado séptimo en el mundo, demostró su superioridad en el campo con un juego sólido y estratégico, asegurando la victoria a pesar de algunos sustos en los minutos finales.

Anotó el único gol para Haití a través de un penalti

La estrella haitiana, Melchie Dumornay, anotó el único gol para Haití a través de un penalti, dejando una impresión duradera en los espectadores.

Dumornay, reconocida como una de las mejores jugadoras del planeta y que disputa la Copa del Mundo y juega en Francia, expresó su agradecimiento a los seguidores haitianos presentes, calificando la noche como una que les hizo sentir en casa, a pesar de estar en Canadá.

Añadiendo un toque histórico, es importante recordar que Haití ha tenido una presencia significativa en el #deporte internacional durante décadas, a pesar de los obstáculos socioeconómicos.

La migración y el deporte son un vínculo que refuerza la identidad y la esperanza de las comunidades haitianas en el extranjero.

Por su parte, las jugadoras canadienses también valoraron la pasión de la afición, con Évelyne Viens y Gabrielle Carle resaltando la fuerza de la comunidad y la energía que se vive en cada partido.

La noche dejó claro que, más allá del marcador, la verdadera victoria fue la unidad y el orgullo que la comunidad haitiana expresó en Montreal, una ciudad que continúa siendo un crisol de culturas y tradiciones.

Este encuentro deportivo sirvió no solo para fortalecer los lazos entre Canadá y Haití, sino también para recordar la importancia de mantener viva la cultura y las raíces, sin importar en qué parte del mundo uno se encuentre.