Más de un centenar de futbolistas internacionales expresan su oposición al patrocinio de FIFA con el gigante petrolero saudita, señalando preocupaciones por derechos humanos y medio ambiente.
Más de un centenar de futbolistas internacionales han hecho un fuerte llamado a la FIFA para que reconsideré su acuerdo de patrocinio con la compañía petrolera saudita Saudi Aramco.
En una carta abierta dirigida a Gianni Infantino, presidente de la FIFA, estas jugadoras han manifestado su descontento, describiendo este vínculo como un "desafío a los valores del fútbol femenino". La carta ha sido firmada por 106 atletas, entre las que se encuentran varias canadienses, y ha generado un debate sobre la responsabilidad ética de la FIFA en sus decisiones comerciales.
El patrocinio de Saudi Aramco ha sido calificado por las jugadoras como una "muestra de desprecio" hacia el fútbol femenino, especialmente debido a las continuas violaciones de derechos humanos en Arabia Saudita.
En el país, las mujeres y los miembros de la comunidad 2SLGBTQ+ enfrentan serias amenazas y persecuciones.
La carta resalta el hecho de que muchos jugadores gay, a quienes consideran héroes del deporte, están en una situación vulnerable en Arabia Saudita, donde la homosexualidad es ilegal.
Uno de los puntos más críticos planteados por las firmantes es la preocupación por el impacto ambiental que tiene Saudi Aramco, reconocida como la mayor productora de petróleo del mundo y en su mayoría estatal.
Los riesgos asociados con la extracción y producción de petróleo en relación con el cambio climático no pueden ser ignorados en el contexto actual, donde la comunidad internacional busca soluciones para mitigar estos problemas.
FIFA anunció su acuerdo con Saudi Aramco en abril pasado, y este se extiende hasta 2027, abarcando tanto las Copas Mundiales masculinas como femeninas programadas para 2026 y 2027. Entre los socios destacados de la FIFA se encuentran marcas reconocidas como Adidas, Coca-Cola y Visa.
Sin embargo, el acuerdo con la compañía petrolera saudita ha puesto a FIFA en una posición delicada, ya que se considera inconsistente con los principios de igualdad y respeto que el deporte promueve.
Matheson espera que la Copa del Mundo eleve aún más el perfil del juego femenino y estimule la nueva liga canadiense
Diana Matheson, una veterana de cuatro Copas del Mundo, espera que la atención en el torneo de 2023 ayude a impulsar la liga profesional femenina canadiense que su grupo Project 8 está formando. Matheson espera que la Copa del Mundo atraiga más atención al fútbol femenino y beneficie a la liga en desarrollo. El torneo de la Copa del Mundo se llevará a cabo en Australia y Nueva Zelanda desde el 20 de julio hasta el 20 de agosto.En respuesta a la carta, FIFA defendió su asociación comercial, sosteniendo que valora su relación con Aramco y otros socios.
La organización afirmó que los ingresos generados por el patrocinio son reinvertidos en el desarrollo del fútbol a todos los niveles, incluyendo un aumento en la inversión en el fútbol femenino.
Esta respuesta ha sido recibida con escepticismo por parte de las futbolistas, quienes argumentan que aunque se prometan recursos, la dignidad y la seguridad de las mujeres en el deporte deberían ser la prioridad.
Erin McLeod, exportera del equipo canadiense y una de las firmantes, ha expresado que, siendo abiertamente gay, no se sentiría cómoda viajando a un país donde la homosexualidad es criminalizada.
"La FIFA tiene una responsabilidad de defender lo que ha dicho públicamente sobre derechos humanos", indicó. A su vez, Sofie Junge Pedersen, jugadora del equipo nacional danés, enfatizó que es absurdo que se les pida a las jugadoras promover a una empresa que no respeta los valores fundamentales del deporte.
Este debate también coincide con los planes de Arabia Saudita para albergar la Copa Mundial de la FIFA en 2034, lo que intensifica la discusión sobre el impacto que la política del país puede tener en el deporte global.
Las futbolistas han solicitado que se forme un comité de revisión que incluya su representación al abordar decisiones de patrocinio en el futuro, buscando que sus voces sean consideradas en negociaciones que afectan directamente su profesión y valores.
La lucha por la igualdad en el deporte es cada vez más reconocida, y esta situación representa un momento clave en el que los actores principales del fútbol femenino exigen mayores estándares de ética y responsabilidad social.
La reacción de FIFA y la respuesta de Saudi Aramco en los próximos meses serán observadas de cerca por jugadoras, aficionados y analistas por igual.