El equipo argentino enfrenta a Banfield en un partido que recupera la presencia de espectadores en un contexto de estrictas medidas de seguridad y tensiones por decisiones de la Conmebol.
El rival en esta ocasión fue Banfield, en un enfrentamiento correspondiente a la Liga Profesional de Argentina. Este partido, además, ha sido importante porque marca la reanudación de los encuentros con espectadores en el Estadio Libertadores de América, después de que incidentes graves afectaran la #seguridad en encuentros anteriores.
Supuestamente, la organización del evento implementó un operativo de seguridad sin precedentes, que contó con más de 700 efectivos entre la Policía Bonaerense y personal de seguridad privada.
La medida buscaba garantizar la integridad de los asistentes y evitar hechos similares a los ocurridos en partidos pasados, donde se registraron disturbios y enfrentamientos violentos.
Entre las acciones tomadas, se estableció un veto y derecho de admisión para una parte significativa de la hinchada conocida como la barra brava del 'Rojo', que supuestamente estuvo involucrada en incidentes previos.
Además, la directiva decidió clausurar las tribunas Sur Alta y Sur Baja, siguiendo la resolución de la Agencia de Prevención contra la Violencia en el Deporte (Aprevide), en un intento por controlar la seguridad en el estadio.
Este escenario se vio marcado por una fuerte tensión entre los asistentes y la organización, especialmente después de que la Conmebol anunciara la descalificación del equipo chileno Universidad de Chile y su clasificación a los cuartos de final de la Copa Sudamericana.
La decisión generó una ola de insultos y cánticos en las tribunas, con expresiones como “La Conmebol, la Conmebol, se va a la puta que lo parió”, que resonaron en el estadio.
Supuestamente, la decisión de la Conmebol causó una gran controversia, siendo duramente criticada por los aficionados locales y algunos analistas deportivos, quienes consideran que la resolución fue demasiado severa y que perjudicó la integridad del torneo.
Desde la organización del club, se afirmó que el regreso del público fue un paso importante para reactivar la pasión y la economía del fútbol en la región.
También se reconoció que aún existen desafíos en cuanto a la seguridad y el control de los grupos de hinchas
Sin embargo, también se reconoció que aún existen desafíos en cuanto a la seguridad y el control de los grupos de hinchas.
En cifras, el operativo de seguridad costó aproximadamente 650.000 euros, considerando la contratación de personal y medidas adicionales para garantizar el orden en el estadio. Este gasto refleja la magnitud de los esfuerzos que realiza la organización para permitir que los aficionados vuelvan a disfrutar del fútbol en un ambiente controlado.
El partido entre #Independiente y Banfield se desarrolló en un clima de expectativa y tensión, pero también con la esperanza de que estos incidentes sean solo un capítulo en la recuperación del fútbol argentino.
No te pierdas el siguiente vídeo de incidentes durante la copa sudamericana sacuden argentina, chile ...
