El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, fue confirmado en su cargo por unanimidad en el 81er Congreso en Luque, Paraguay, y continuará liderando el fútbol sudamericano hasta 2031, enfrentándose a importantes desafíos como la organización del Mundial de 2030.

La decisión se tomó durante el 81er Congreso Ordinario de la Conmebol, celebrado en la ciudad de Luque, Paraguay, en una jornada que marcó un momento de estabilidad y continuidad para el fútbol sudamericano.
Este liderazgo consolidado llega en un momento clave, ya que Domínguez ostenta nueve años en el cargo, habiendo sido elegido por primera vez en enero de 2016.
Su gestión ha estado marcada por la recuperación y limpieza de la imagen del fútbol en la región, luego de los escándalos de corrupción que afectaron a antiguos dirigentes, como los casos que involucraron a FIFA y a varias confederaciones, generando una profunda crisis institucional.
El directivo guaraní ha logrado mantener una línea de estabilidad, modernización y transparencia en la gestión de la Conmebol. Bajo su liderazgo, la confederación ha impulsado la organización de torneos sudamericanos de alto nivel, además de mejorar las relaciones con otros organismos internacionales y fortalecer la infraestructura de los clubes y selecciones nacionales.
Una de las mayores expectativas que enfrenta Domínguez en su nuevo mandato es la organización del Mundial de 2030, un evento que reunirá a Sudamérica y Europa en una colaboración histórica.
La elección de la sede del Mundial 2030 será un desafío estratégico y logístico, considerando la complejidad de coordinar en múltiples países, pero también una oportunidad para mostrar la capacidad del continente sudamericano para albergar uno de los eventos deportivos más importantes del mundo.
La economía y la imagen internacional del fútbol sudamericano
Este torneo será especialmente relevante, ya que marcará el centenario de la primera Copa del Mundo, celebrada en Uruguay en 1930. La candidatura conjunta de Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile ha generado entusiasmo y expectativa en toda la región, que busca aprovechar la oportunidad para potenciar el turismo, la economía y la imagen internacional del fútbol sudamericano.
Desde su llegada a la presidencia, Domínguez ha trabajado en fortalecer la estructura del fútbol en la región, promoviendo programas de desarrollo y apoyando a las categorías inferiores.
Además, ha buscado mejorar las relaciones con las federaciones nacionales y garantizar mayor transparencia en la gestión de recursos.
Su reelección refleja la confianza del fútbol sudamericano en su liderazgo y en las políticas que ha implementado, en un momento donde la estabilidad institucional resulta crucial para afrontar los desafíos futuros.