El equipo chileno finalizó último en su grupo tras una derrota que marcó su peor campaña internacional en el siglo. La sanción de Conmebol influyó en los resultados y dejó abierto cómo habría sido el desarrollo sin ella.
El pasado miércoles, Colo Colo selló su participación en la Copa Libertadores 2025 tras caer por 1-0 ante Atlético Bucaramanga, resultado que confirmó su último puesto en el grupo E.
La derrota significó que el equipo chileno finalizara la fase con un total de cinco puntos, igualando así su peor desempeño en competiciones internacionales en lo que va del siglo XXI, una marca que anteriormente logró en la campaña de 2003.
Este pobre rendimiento no solo refleja los desafíos deportivos del equipo, sino que también está marcado por una serie de circunstancias que afectaron su camino en la competición.
La sanción impuesta por la Conmebol tras los incidentes ocurridos en el Estadio Monumental el 10 de abril, cuando los disturbios obligaron a cancelar el partido contra Fortaleza a 25 minutos de su finalización, tuvo un impacto decisivo en el desarrollo del grupo.
La organización sudamericana decidió dar por concluido el encuentro con un marcador de 3-0 a favor de los brasileños, sanción que alteró la clasificación y las posibilidades del conjunto chileno.
De haberse disputado los minutos restantes y sin la sanción, la historia podría haber sido diferente. La situación habría permitido que Colo Colo, Fortaleza y Atlético Bucaramanga terminaran empatados en puntos —seis cada uno—, y la diferencia de goles sería la clave para determinar quién avanzaba.
En ese escenario hipotético, el equipo chileno habría tenido posibilidades reales de clasificar a la Copa Sudamericana, dependiendo del resultado del duelo restante y de su rendimiento en las jornadas finales.
Para ponerlo en perspectiva, en una situación sin sanciones, la clasificación del grupo E habría quedado con Fortaleza en la primera posición, seguido por Atlético Bucaramanga en segundo lugar, y Colo Colo en tercer lugar, fuera de competencia internacional en esta ocasión.
La diferencia de goles en ese escenario sería determinante, ya que el equipo chileno tendría un diferencial negativo de siete goles, mientras que los brasileños en segundo lugar habrían terminado con un empate en diferencia de goles con los colombianos, pero con mejor saldo.
Esta situación pone en evidencia cómo las decisiones disciplinarias de las instituciones deportivas pueden alterar el curso de los eventos y las expectativas de los clubes.
La historia de Colo Colo en la Copa Libertadores, que se remonta a sus primeras participaciones en los años 80, ha estado marcada por altibajos y momentos históricos, como la campaña de 1991 cuando alcanzaron los cuartos de final o en 2000, cuando lograron avanzar a la fase de grupos y sorprender a varios favoritos.
En resumen, la derrota ante Atlético Bucaramanga y la sanción de Conmebol consolidan la peor campaña del equipo chileno en competencias internacionales en los últimos veinte años.
Sin embargo, la incertidumbre sobre cómo habría sido el torneo sin las sanciones deja abierta la posibilidad de que, con circunstancias distintas, Colo Colo podría haber tenido un mejor desempeño y avanzado más allá de la fase de grupos.
La historia del club sigue siendo una muestra de resiliencia y desafíos en el escenario internacional, con un futuro que aún puede ofrecer nuevas oportunidades para volver a brillar en la Libertadores.
