La Federación Canadiense de Fútbol está bajo presión tras un informe que revela una cultura de espionaje en el equipo nacional femenino. Se esperan conclusiones clave en una semana.

La Federación Canadiense de Fútbol se encuentra en medio de una crisis significativa a raíz del escándalo de espionaje en los Juegos Olímpicos de París.

Hace más de tres meses, se inició una revisión independiente sobre las acusaciones de que drones fueron utilizados para espiar a otros equipos durante las sesiones de entrenamiento previas al torneo.

La información revela que este incidente no fue un hecho aislado, sino que forma parte de un patrón de comportamientos inaceptables dentro del equipo nacional.

Kevin Blue, director ejecutivo de Canada Soccer, anunció que las primeras conclusiones del investigador independiente indican que el uso del dron es un síntoma de una cultura problemática y una falta de supervisión adecuada en los equipos nacionales.

“Queremos abordar los hallazgos de manera reflexiva, pero también decisiva”, declaró Blue, quien anticipó que pronto se darán a conocer las acciones a seguir.

Entre los involucrados en el escándalo se encuentra la entrenadora del equipo femenino, Bev Priestman, quien está actualmente suspendida por un año por parte de FIFA. Sus asistentes y analistas también han recibido sanciones similares.

Este hecho ha desatado un debate sobre la cultura del espionaje en el fútbol canadiense y ha puesto en entredicho la ética en sus competiciones.

Los correos electrónicos revelados sugieren que el espionaje con drones pudo haber sido una práctica común entre los equipos de alta competencia.

En particular, Priestman había mencionado que ‘todos los equipos del top 10 lo hacen’. Las revelaciones saltaron a la luz mientras Canadá lograba avanzar a la fase eliminatoria del torneo, lo que ha generado una controversia aún mayor entre la afición y los medios.

Un tercer elemento que complica la situación es la participación de John Herdman, el exentrenador del equipo femenino, quien inició este método de trabajo y que, a pesar de ser consciente del uso de drones, ha mantenido su inocencia respecto a cualquier actividad ilícita durante su mandato.

Herdman, que llevó al equipo a ganar medallas olímpicas en 2012 y 2016, se ha referido a la situación explicando que en los grandes torneos internacionales, tales actividades no se llevan a cabo.

La amenaza de posibles repercusiones por parte de FIFA se cierne sobre Canada Soccer, que ya ha tenido que enfrentar sanciones por este escándalo, incluyendo una multa de aproximadamente 300,000 euros.

Además, han sido penalizados con la pérdida de valiosos puntos en el ranking del torneo olímpico.

En este contexto, la Federación ha manifestado su compromiso por esclarecer los sucesos y asegurar que tales prácticas no se repitan en el futuro.

Se espera que en los próximos días se den a conocer conclusiones y recomendaciones de la investigación que ayuden a limpiar la imagen del fútbol canadiense en el ámbito internacional.

Históricamente, Canadá ha tenido un desempeño destacado en el deporte, siendo la selección femenina un ejemplo de éxito.

Sin embargo, esta situación pone de relieve la urgente necesidad de revisar y reformar las políticas y la cultura institucional que rodean al fútbol en el país.