Amaia Barredo, Consejera de Alimentación, preside la festividad en honor a la tradición pesquera de Hondarribia y aboga por un futuro sostenible para el sector.

En la localidad de Hondarribia, el 25 de julio de 2024, se celebró la Fiesta de Santiago organizada por la Hermandad de Pescadores, un evento que resalta la rica tradición pesquera de la región.

Durante esta festividad, la consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, Amaia Barredo, destacó la importancia de mantener y preservar las antiguas costumbres pesqueras que adornan la costa del País Vasco.

Barredo expresó su satisfacción al afirmar que "afortunadamente, nuestra costa aún alberga las tradiciones pesqueras más hermosas de la fachada atlántica europea". Su deseo es que el relevo generacional en el sector pesquero, junto con innovadoras tecnologías sostenibles, permita garantizar un futuro brillante para los pescadores vascos.

La ceremonia, que atrajo a numerosos asistentes, comenzó con un desfile que partió del Arco de la Hermandad de Pescadores y culminó en la Iglesia Parroquial de Hondarribia.

El evento fue acompañado por la melodía del grupo local “Okendori”, creando una atmósfera festiva y comunitaria.

En el transcurso de la celebración, Ainara Aramendia, hija de un pescador local, tuvo el honor de portar la "Kutxa" que contiene los libros de Cuentas Anuales de la cofradía, simbolizando el compromiso con la transparencia y la buena gestión dentro del sector pesquero.

Al llegar a la sacristía de la iglesia, tuvo lugar la lectura de los resultados de la campaña pesquera del último año, donde se compartieron tanto los logros como los desafíos que enfrenta la industria pesquera.

Calidad y sostenibilidad fueron los temas centrales en esta evaluación, lo que refleja el enfoque que las autoridades tienen hacia un futuro más equilibrado en la pesca.

Una de las tradiciones más emotivas ocurrió cuando la joven Ainara, siguiendo costumbres ancestrales, realizó un giro sobre sí misma varias veces con la "Kutxa" sobre su cabeza; ese gesto fue un ritual simbólico que simboliza la esperanza de que las próximas campañas de pesca sean abundantes y exitosas.

En esta ocasión, recibió una cifra especial: giró 117 veces, un número que, según la tradición, representa la suma de los años de sus padres.

La fiesta no solo celebra las tradiciones, sino que también sirve como un recordatorio de la importancia de la pesca en la cultura vasca.

A lo largo de la historia, esta actividad ha sido fundamental para la economía local y la identidad cultural de la región.

Con el auge de las tecnologías modernas y el interés por prácticas sostenibles, la revitalización del sector es una prioridad para el gobierno local, con el objetivo de mantener viva la rica herencia pesquera por generaciones futuras.