Un acto institucional en Navarra permite la entrega de los restos de tres víctimas del franquismo a sus familias, marcando un paso significativo hacia la memoria histórica.
Este lunes, en un evento solemne celebrado en el Palacio de Navarra, la vicepresidenta y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera del Gobierno de Navarra, Ana Ollo, realizó la entrega de los restos de tres personas a sus familias, en un acto que busca reivindicar la memoria de las víctimas del franquismo.
Los restos pertenecen a Tomás Mardones Llorente y Segundo Hernández Blanco, ambos originarios de Álava, así como a Tomás Nache Guzmán de Almería.
Tomás Mardones y Tomás Nache fueron asesinados en 1936, tras ser acusados de intentar fugarse del Fuerte de San Cristóbal.
Por su parte, Segundo Hernández fue víctima de la represión durante la gran fuga de Elía del año 1938.
La jornada, que tuvo lugar en Pamplona/Iruña, contó también con la presencia de Alberto Alonso, director del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, conocido como Gogora.
Alonso aprovechó la ocasión para reafirmar el compromiso del Gobierno Vasco con las políticas de memoria histórica que buscan la recuperación, identificación y entrega de los restos de quienes sufrieron la represión del régimen franquista.
Los días aciagos de la Guerra Civil Española no son solo historia; son un recordatorio de la lucha por los derechos humanos y una llamada a la reconciliación.
Tomás Mardones, nacido el 4 de mayo de 1912 en Vitoria/Gasteiz, era un joven carpintero y miembro de la CNT y la FAI, conocido también por ser un futbolista del Deportivo Alavés.
Su hermano, Alejandro Mardones, también estuvo encarcelado en San Cristóbal y desapareció durante un intento de fuga en 1938.
Los restos de Mardones y Nache fueron encontrados en marzo de 2022 en el cementerio de Berriozar, mientras que Segundo Hernández fue exhumado en 2015 de una fosa común en Elía, Valle de Egüés.
Este último, también tenía solo 19 años al ser detenido y fue parte de un grupo de jóvenes que intentaron escapar con un sinfín de prisioneros.
Al acto asistieron miembros del Parlamento de Navarra, representantes de asociaciones memorialistas y técnicos del laboratorio Nasertic, que se encargaron de las identificaciones genéticas.
A lo largo de la ceremonia, Ana Ollo hizo un llamado a la colaboración entre instituciones, familias y entidades para continuar con la búsqueda de justicia y reconocimiento de las víctimas del pasado.
Se realizó también un llamamiento a la población para localizar a familiares de otras víctimas que aún no han podido ser identificadas.
El Instituto de la Memoria, Gogora, espera encontrar nuevas familias que ayuden a cerrar capítulos pendientes de la historia.
Muchas de las personas que anhelan respuestas e identidades pertenecen a una generación que vivió días de gran sufrimiento y represión.
El acto representó un paso significativo en el proceso de curación y reconocimiento de la memoria histórica en Navarra.
Además, es un recordatorio del deber de recordar y honrar a aquellos que sufrieron injusticias en épocas oscuras de la historia española.