La poeta Elisa Rueda llama a la unidad y la diversidad en su pregón inaugural de las Fiestas de la Virgen Blanca.

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La tarde del pasado sábado, la plaza Nueva de Vitoria-Gasteiz se llenó de entusiasmo y tradición al dar inicio a las Fiestas de la Virgen Blanca.

Este año, el pregón inaugural estuvo a cargo de la reconocida poeta Elisa Rueda, quien fue precedida por la Consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, Amaia Barredo, y otros dignatarios como Nerea Melgosa, Consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, y Javier Hurtado, Consejero de Turismo, Comercio y Consumo.

Elisa Rueda, quien el año pasado fue distinguida con el prestigioso Celedón de Oro, se dirigió a una multitud de asistentes resaltando la importancia de la diversidad y la inclusión en las fiestas.

La poeta expresó su agradecimiento por ser la voz que convoca a lo que ella considera "las mejores fiestas del mundo". Recordó que un año atrás recibió la medalla de Celedón de Oro junto a Gorka Ortiz de Urbina, momento que describe como "histórico" y transmitió el simbolismo de dar la bienvenida al nuevo Celedón, Iñaki Kerejazu.

En su emotivo discurso, Rueda hizo énfasis en el papel de cada individuo dentro de la colectividad, comparando a los habitantes de la ciudad con los dedos de una mano, todos diferentes pero igualmente esenciales.

"No sobra ninguno", afirmó, destacando que todos tienen derecho a disfrutar de oportunidades plenas, tanto en la vida cotidiana como en las festividades.

La escritora también compartió recuerdos de su infancia, evocando momentos entrañables al visitar la Plaza Nueva con su familia y cómo las tradiciones pasadas son un legado que debemos transmitir a las futuras generaciones, pero siempre adaptadas a la modernidad.


No se olvidó de mencionar la escultura de la Virgen Blanca, subrayando que es la única que rinde homenaje a una mujer en la ciudad, lo que refleja la necesidad de más representaciones de figuras femeninas inspiradoras en el arte público.

El pregón de Rueda no solo se centró en la tradición, sino también en las actividades programadas para las fiestas, como la Procesión de los Faroles, el Rosario de la Aurora y otros eventos que prometen atraer a una audiencia de todas las edades.

"Las fiestas son nuestro espacio común, un refugio de alegría donde cualquier visitante puede sentirse como en casa", aseguró.

La poetisa también hizo un llamado a disfrutar de las festividades con respeto y seguridad, enfatizando la importancia de que todas las personas, especialmente las mujeres, se sientan seguras durante la celebración.

"Que la alegría reine, que vivamos juntos como una gran familia y que las fiestas sean un momento de convivencia pacífica.

La diversión no debe ser motivo de agresiones", animó.

Para cerrar su intervención, Rueda invitó a los presentes a sentir la inminencia de las festividades, remarcando: "¿No sienten cómo retumba el suelo?", en un ferviente llamado al disfrute colectivo que tuvo su eco en el escenario con su adaptación de la canción 'Alegría' del Circo del Sol.

Con su emotivo final, la celebración comenzó oficialmente en Vitoria-Gasteiz, marcada por un espectáculo de luz que sorprendió a todos los asistentes.