Euskadi homenajea a Bizenta Mogel, la primera mujer en publicar un libro en euskera, a través de la lectura de su obra 'Ipuin Onac' por parte de la vicelehendakari Ibone Bengoetxea.

En esta ocasión, uno de los eventos más destacados ha sido el reconocimiento a Bizenta Mogel, reconocida como la primera mujer en publicar un libro en euskera, un logro que marcó un hito en la historia literaria de la región.
Bizenta Mogel, nacida en 1792 en Durango, fue una pionera en demostrar que las mujeres podían contribuir activamente a la #cultura y la #lengua vasca en tiempos en los que la #literatura en euskera era limitada y en muchas ocasiones poco valorada.
Su obra 'Ipuin Onac' (que se traduce como 'Cuentos Viejos') es una recopilación de relatos y cuentos tradicionales en euskera que buscaba revitalizar y mantener viva la lengua en un momento en el que el castellano dominaba ampliamente los ámbitos educativos y culturales en la región.
Este año, el acto conmemorativo tuvo lugar en un ambiente especial, donde la vicelehendakari primera y consejera de Cultura y Política Lingüística, Ibone Bengoetxea, expresó su reconocimiento hacia la figura de Mogel.
Durante la ceremonia, Bengoetxea leyó el cuento número 38 de 'Ipuin Onac', titulado “Haragi-epailea eta aharia” (“El carnicero y la sierra”), una muestra del rico patrimonio cultural que representa la obra de Mogel.
Ha sido un pilar para el desarrollo de la literatura vasca
El libro, que en euros equivaldría a aproximadamente 15 euros según las conversiones actuales, ha sido un pilar para el desarrollo de la literatura vasca.
Más allá de su valor histórico y cultural, ‘Ipuin Onac’ sirvió también como inspiración para generaciones posteriores de escritores y escritoras en euskera, fortaleciendo la identidad del pueblo vasco y promoviendo la preservación de su lengua.
La figura de Mogel ha sido cada vez más reconocida en las últimas décadas, con varios estudios que resaltan su papel en la resistencia cultural y lingüística.
La publicación de su obra en una época en que la mujer tenía escasa participación en la esfera pública fue un acto de valentía y perseverancia. Su legado ha sido fundamental para la revitalización del euskera, especialmente en un contexto donde, según datos históricos, la lengua vasca había sido predominantemente oral y de difícil acceso en la forma escrita hasta principios del siglo XIX.
Este acto conmemorativo es parte de una serie de iniciativas que buscan resaltar la historia y cultura vasca, promoviendo la conservación de su lengua y fomentando la participación de nuevas generaciones en su aprendizaje.