Se ha finalizado la construcción de una moderna depuradora de aguas residuales en Euskadi, que solucionará un importante problema de vertidos contaminantes en el río Zadorra. Esta infraestructura ha requerido 22 meses de trabajo y tiene una vida útil estimada de 50 años. La inversión total ha sido de 6,3 millones de euros, representando un avance en la gestión del ciclo urbano del agua en toda la región.
Se trata de una infraestructura necesaria para solucionar los problemas de depuración de las aguas residuales en Euskadi.
La nueva depuradora evitará el vertido de la carga contaminante de la Llanada Alavesa al río Zadorra.
La construcción de esta depuradora de aguas residuales urbanas ha durado 22 meses y se espera que tenga una vida útil de 50 años.
El proyecto ha requerido una inversión global de 6,3 millones de euros, lo que representa un importante avance en la gestión avanzada del ciclo urbano del agua en todo el territorio.
La capacidad de esta nueva planta de tratamiento de aguas residuales es de cerca de 34.000 habitantes-equivalentes.
Tiene la capacidad de tratar completamente unos 350 m³/hora (100 litros/segundo) e incluso pretratar unos 900 m³/hora (250 litros/segundo). El caudal máximo que puede llegar a la planta es de unos 3.000 m³/hora por un colector de 800 mm de diámetro.
Además, puede tratar un caudal medio diario total de 4.187 m³/día.
La depuradora incluye un tanque de tormentas que permite retener los grandes caudales del agua de lluvia en momentos de precipitaciones intensas.
Esto evita el vertido sin depurar al cauce del río.
El sistema ha sido diseñado para adaptarse a las necesidades funcionales tanto de los vertidos como del medio receptor, y cuenta con un sistema de tratamiento terciario novedoso para mejorar el filtrado del agua en la salida de la depuradora.
Esto simplifica el trabajo de explotación y promueve el ahorro energético en el consumo eléctrico de la instalación.
La construcción de esta infraestructura es crucial para la protección del entorno del curso superior del río Zadorra, que desemboca en el embalse de Ullibarri, principal fuente de abastecimiento de la Comunidad Autónoma.
Además, incorpora un tratamiento reforzado de tres fases (pretratamiento, secundario y terciario) para garantizar que las aguas tratadas sean devueltas al cauce del río con la mejor calidad posible.
Esta actuación se enmarca en los objetivos climáticos y de transición hacia una economía verde establecidos por Ley 4/2019 de Sostenibilidad Energética en la CAPV, la Estrategia Vasca de Cambio Climático 2050, la Estrategia Energética Euskadi 2030 y la Estrategia de Desarrollo Sostenible de Euskadi (Agenda Basque Country 2030). La apuesta institucional se orienta hacia la sostenibilidad ambiental y la transición hacia una economía baja en carbono, así como a la protección y conservación del medio ambiente y la mitigación de los efectos del cambio climático.
La construcción de esta infraestructura ha sido posible gracias a los fondos europeos provenientes del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, que han cofinanciado este proyecto como parte de la recuperación verde, digital y resiliente de la economía (REACT UE).