La NHTSA ha abierto una investigación sobre cerca de 287,000 vehículos Chrysler debido a problemas en el sistema de dirección que podrían ocasionar accidentes. La alerta afecta modelos específicos de las series Pacifica y su versión híbrida, y se suma a otros casos similares en la industria automotriz. Aunque las autoridades no han emitido un retiro oficial, la situación genera preocupación entre los propietarios y expertos en seguridad vial.

La causa aparente son fallos en el sistema de dirección eléctrica, que podrían aumentar el riesgo de accidentes y poner en peligro a los conductores y pasajeros.

Este caso se suma a una serie de investigaciones similares en la industria automotriz, donde la seguridad de los #vehículos es cada vez más vigilada ante los incidentes reportados por los propios usuarios.

Los modelos afectados corresponden a las versiones #Chrysler Pacifica de los años 2017 y 2018, además del Chrysler Pacifica Plug-in Hybrid del 2017.

La #investigación fue lanzada tras recibir cerca de 100 quejas relacionadas con una sensación de agarre pegajoso en el sistema de dirección, especialmente cuando el volante se gira lentamente o en posiciones cercanas a las 11 y 1 en punto.

Presuntamente, en algunos casos, estos problemas podrían derivar en una sobrerespuesta del vehículo, aumentando el riesgo de pérdida de control, particularmente a altas velocidades.

La situación recuerda casos históricos en los que fallos en sistemas clave han provocado retiros masivos y han puesto en jaque la confianza de los consumidores.

Por ejemplo, en 2014, varias marcas automotrices enfrentaron retiros por problemas en los airbags, lo que llevó a una revisión exhaustiva de los controles de calidad en la industria.

Aunque la investigación no ha resultado en un retiro oficial

Aunque la investigación no ha resultado en un retiro oficial, la preocupación crece entre los propietarios afectados, que podrían estar enfrentando costos elevados para reparaciones no cubiertas por garantías.

Presuntamente, las autoridades han solicitado información adicional a Chrysler para determinar si los fallos representan un peligro inminente o si las medidas correctivas serán necesarias en el futuro cercano.

Este tipo de problemas en los vehículos no son nuevos, y en el pasado el sector automotriz ha tenido que gestionar crisis similares, como el retiro masivo de vehículos con problemas en las transmisiones o en los sistemas de freno.

La tendencia actual apunta hacia una mayor vigilancia y transparencia en la gestión de defectos, con el objetivo de reducir riesgos y mantener la confianza del público en la seguridad de los autos.

Por ahora, los propietarios de los modelos afectados son aconsejados a estar atentos a las notificaciones oficiales y a realizar revisiones periódicas en sus vehículos.

Aunque no se ha emitido un aviso de retiro obligatorio, la situación requiere atención de las autoridades y de los fabricantes para evitar posibles tragedias en las carreteras.

Supuestamente, si se confirman los fallos, Chrysler podría verse en la obligación de realizar un retiro masivo, lo cual supondría costes económicos y de reputación significativos.