El descenso de las temperaturas afecta notablemente la autonomía de los vehículos eléctricos, reduciendo su eficiencia y aumentando los tiempos de carga. Expertos ofrecen recomendaciones para mantener el rendimiento en condiciones de frío extremo.

Presuntamente, en temperaturas por debajo de los 0 grados Celsius (aproximadamente 32 grados Fahrenheit), la capacidad de la batería de un VE puede disminuir hasta en un 12%, y el rango de conducción puede reducirse hasta en un 41% cuando se activa la calefacción interior.

Este problema, que se acentúa en los meses más fríos del año, se debe a que las reacciones químicas en las baterías de ion de litio se ralentizan en ambientes fríos, afectando la eficiencia de carga y descarga.

Desde que los vehículos eléctricos comenzaron a ganar popularidad en Estados Unidos y Europa, las empresas han tenido que enfrentarse a estos desafíos estacionales.

En el tercer trimestre de 2024, supuestamente, el 8.2% de todas las nuevas matriculaciones de vehículos en EE.UU. fueron eléctricos, y otro 11.5% híbridos, cifras que reflejan un incremento en la adopción de estas tecnologías. Sin embargo, en regiones con inviernos severos, los conductores han tenido que buscar soluciones para mitigar la pérdida de autonomía.

Uno de los principales motivos por los que las #temperaturas frías afectan la batería es que el proceso electroquímico, que implica el movimiento de iones de litio entre el cátodo y el ánodo, se vuelve menos eficiente.

Cuando el vehículo se enciende, requiere calentar la batería para que esta alcance una temperatura óptima, lo cual consume energía adicional. Según datos del Departamento de Energía de EE.UU., la economía de combustible de un coche de gasolina puede disminuir aproximadamente un 15% a 20 grados Celsius (68 Fahrenheit), y en condiciones de frío extremo, esa pérdida puede llegar a un 24% en trayectos cortos.

A diferencia de los motores de combustión interna, que generan calor como subproducto del funcionamiento, las EV no producen suficiente calor residual.

Solo alrededor del 25% de la energía de un galón de gasolina se utiliza para mover el vehículo, mientras que en una EV, aproximadamente el 89% de la energía se destina a la movilidad.

Esto hace que el uso del climatizador, en especial la calefacción del habitáculo, consuma una cantidad significativa de energía de la batería. Por ello, los expertos sugieren que en climas fríos, los conductores opten por usar asientos calefactados y sistemas de calefacción de baja energía para mantener la temperatura interior.

Para mejorar el #rendimiento en invierno

Para mejorar el rendimiento en invierno, se recomienda considerar vehículos equipados con tecnología de bomba de calor, que utilizan el aire exterior y comprimen el calor para calentar eficientemente la batería y el interior del vehículo.

Además, es aconsejable precalentar la batería cuando se conecta a un cargador, especialmente en las horas previas a un viaje, para reducir el tiempo de carga y evitar que la batería esté demasiado fría.

Otra estrategia útil es estacionar el vehículo en interiores o en lugares cubiertos para mantener la batería caliente, ya que esto ayuda a reducir el consumo de energía durante la fase de calentamiento.

También, mantener la presión adecuada en los neumáticos puede disminuir la resistencia al rodamiento, ahorrando energía, y usar el modo eco en el vehículo puede prolongar la autonomía.

Presuntamente, en regiones donde las temperaturas bajan mucho, los conductores también utilizan mantas térmicas o calentadores de batería para mantenerla en una temperatura adecuada.

Aunque estas medidas ayudan, la realidad es que en temperaturas bajo cero, ningún vehículo, eléctrico o de combustión, alcanza su rendimiento máximo.