Expertos estiman que la adopción masiva de vehículos completamente autónomos no ocurrirá antes de 2035, aunque la tecnología de asistencia continúa avanzando rápidamente. Con alianzas como la de Waymo y Toyota, el futuro de la conducción automática se acerca lentamente, pero aún presenta obstáculos regulatorios y tecnológicos.

Aunque la tecnología de asistencia a la conducción ha mejorado notablemente en los últimos años, la implementación de autos totalmente autónomos sigue enfrentando múltiples desafíos técnicos y regulatorios.
En 2017, General Motors lanzó su sistema Super Cruise, uno de los sistemas de conducción asistida manos libres más avanzados del mercado en ese momento.
empresas como Waymo
Desde entonces, empresas como Waymo, filial de Alphabet, han avanzado en el desarrollo de vehículos de nivel 4, que permiten la conducción autónoma en ciertas condiciones, pero aún requieren supervisión humana en muchas circunstancias.
Supuestamente, en 2025, se estima que en Estados Unidos y Canadá habrá aproximadamente 720,000 vehículos con tecnología de nivel 3 o 4, capaces de manejarse en autopistas en condiciones específicas.
Sin embargo, la visión de que en 2035 se desplieguen más de 16 millones de vehículos de nivel 4 al año a nivel global sigue siendo conservadora, dado el ritmo actual de innovación y adopción.
Presuntamente, la mayor parte de estos vehículos se concentrarán en países con regulaciones favorables, siendo China uno de los principales mercados, con casi 10 millones de #vehículos autónomos en operación en esa fecha.
No obstante, en China existen restricciones legales para el uso total de tecnología de nivel 5, el nivel más avanzado donde no sería necesaria la intervención humana en ningún escenario.
Además, la asociación entre #Waymo y Toyota, anunciada en 2025, tiene como objetivo integrar la tecnología de conducción autónoma de Waymo en los vehículos de Toyota, uno de los fabricantes más importantes a nivel mundial.
Aunque esta colaboración representa un paso importante, los expertos advierten que aún pasarán muchos años antes de que vehículos completamente autónomos sean accesibles para el público general.
Uno de los mayores obstáculos radica en la regulación y la infraestructura. La legislación en muchas regiones aún no permite la circulación de vehículos sin conductor en vías públicas, y las cuestiones de responsabilidad en caso de accidentes son aún un tema en discusión.
Además, las condiciones climáticas adversas, la complejidad del tráfico urbano y la necesidad de sistemas de inteligencia artificial altamente sofisticados hacen que la tecnología aún no esté lista para una adopción masiva.
Supuestamente, en las próximas décadas, los avances en sensores, inteligencia artificial y mapas de alta definición permitirán mejorar la fiabilidad de estos sistemas.
Pero, según expertos como Sam Abuelsamid, vicepresidente de investigación de mercado en Telemetry, la tecnología de nivel 5, que representa la conducción totalmente autónoma sin intervención humana, no se prevé que llegue en la próxima década.
Por ahora, los fabricantes seguirán lanzando vehículos con sistemas de asistencia a la conducción cada vez más avanzados, pero la transición a una movilidad completamente autónoma todavía parece lejana.
La historia muestra que los avances tecnológicos en automoción han llevado décadas, desde la invención de los primeros automóviles hasta la incorporación de sistemas electrónicos complejos.
La conducción autónoma no será la excepción, y su adopción masiva requerirá no solo innovación tecnológica, sino también cambios regulatorios y culturales.
En conclusión, aunque la idea de un coche que se conduzca solo en cualquier condición todavía no está al alcance de la realidad, las inversiones y alianzas en el sector automotriz indican que estamos en el camino hacia esa meta.