La posible eliminación del Departamento de Educación por parte de Trump genera preocupaciones sobre el futuro de los préstamos estudiantiles.

El presidente Donald Trump ha manifestado su intención de cerrar el Departamento de Educación de Estados Unidos, una agencia que juega un papel crucial en la financiación de las escuelas públicas y en la administración de préstamos estudiantiles.
Este departamento, que proporciona aproximadamente un 10% de los fondos necesarios para el funcionamiento de las escuelas, también es responsable de la gestión de los préstamos estudiantiles que afectan a cerca de 43 millones de estadounidenses, es decir, aproximadamente uno de cada seis adultos en el país.
Con esta medida, surgen preocupaciones entre los prestatarios sobre el futuro de sus préstamos y planes de pago. Aunque Trump ha afirmado que, si se cierra el departamento, los préstamos no desaparecerían, sino que serían gestionados por otra agencia federal. "En su mayoría, los estudiantes ni siquiera notarían el cambio", comentó Andrew Gillen, investigador del Cato Institute, sugiriendo que solo cambiaría la forma en que se envían los formularios de solicitud y los cheques de pago.
La estrategia de Trump para desmantelar el departamento no está del todo clara. Muchos analistas coinciden en que necesitaría la aprobación del Congreso para llevar a cabo esta acción, aunque algunos expertos legales creen que podría haber maneras de hacerlo sin necesidad de dicha aprobación.
Linda McMahon, la recién confirmada secretaria de Educación, ha mostrado su apoyo a la idea de cerrar el departamento, señalando que la ayuda federal, incluidos préstamos y becas Pell, podrían ser mejor administrados por otra entidad.
En una reciente conferencia de prensa, Trump mencionó que los préstamos estudiantiles podrían ser supervisados por el Departamento del Tesoro, el Departamento de Comercio o la Administración de Pequeñas Empresas (SBA).
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Se refuerza la seguridad en Washington y Georgia mientras Donald Trump se prepara para enfrentar posibles acusaciones criminales en los próximos días, relacionadas con su intento de impedir que Joe Biden se convirtiera en presidente."No creo que el departamento de educación deba manejar los préstamos, eso no es su negocio", declaró Trump, sugiriendo que la SBA podría ser una opción viable para esta tarea.
Gillen opina que trasladar la supervisión de los préstamos estudiantiles al Departamento del Tesoro podría facilitar la transición, ya que esta agencia ya cuenta con la información necesaria para verificar ingresos, algo esencial para muchos planes de reembolso de préstamos estudiantiles.
Además, el Tesoro ya tiene la infraestructura necesaria para gestionar a millones de prestatarios, lo que podría hacer que la inclusión de 40 millones de nuevos prestatarios no sea un gran desafío.
Sin embargo, la idea de desmantelar el Departamento de Educación ha encontrado resistencia. Varias organizaciones que representan a estudiantes, padres y docentes han expresado su oposición, argumentando que esta medida podría perjudicar a los más vulnerables y debilitaría la educación pública en Estados Unidos.
Históricamente, el Departamento de Educación ha sido un pilar en la lucha por la igualdad en la educación, supervisando la implementación de leyes contra la discriminación y asegurando que los fondos lleguen a quienes más los necesitan.
El cierre de esta agencia podría significar un retroceso en estos esfuerzos, algo que muchos temen que afecte gravemente el acceso a una educación de calidad para todos los estadounidenses.
En conclusión, el futuro de los préstamos estudiantiles y la educación pública en Estados Unidos se encuentra en un estado de incertidumbre, con la posibilidad de que los cambios propuestos por Trump provoquen un impacto significativo en el sistema educativo del país.