Una análisis profundo sobre el conflicto público entre el expresidente Donald Trump y el CEO de Tesla, Elon Musk, y cómo las políticas sobre vehículos eléctricos están en el centro de su enfrentamiento. Explora las diferencias en sus visiones para el futuro de la movilidad y el impacto en la industria automotriz estadounidense.

En 2025, la relación entre Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos, y Elon Musk, CEO de Tesla, ha llegado a un punto de máxima tensión. Lo que comenzó como una colaboración ocasional se ha convertido en una disputa pública que involucra temas delicados como las políticas de vehículos eléctricos (EV) y el futuro de la industria automotriz en Estados Unidos.
Este enfrentamiento refleja no solo diferencias ideológicas, sino también una lucha por el control y la visión del futuro energético y tecnológico del país.
Mientras Trump apuesta por revertir las políticas de apoyo a los EV y priorizar la industria fósil, Musk defiende la transición hacia la energía sostenible y la movilidad eléctrica.
Para entender la magnitud de este conflicto, hay que remontarse a los inicios de la relación entre ambos personajes. Musk, conocido por su visión futurista y su compromiso con la sostenibilidad, inicialmente colaboró con la administración Trump, beneficiándose de incentivos y contratos gubernamentales que favorecían a Tesla y otras empresas de energía renovable.
Sin embargo, esa relación cambió radicalmente cuando Trump promovió la ley conocida como 'El Gran, Hermoso, Uno', que proponía eliminar incentivos fiscales para los vehículos eléctricos y reducir la inversión en infraestructura de carga.
Este cambio en la política fue visto por Musk como un ataque directo a los avances en movilidad eléctrica y a la innovación tecnológica que Tesla representa.
La ley amenazaba con desmoronar la estrategia de Tesla, que en ese entonces ya enfrentaba dificultades económicas, con una caída en sus acciones de aproximadamente 38% en euros desde principios de 2025.
La postura de Musk se volvió cada vez más crítica, acusando a Trump de retroceder en los esfuerzos de lucha contra el cambio climático.
Por su parte, Trump argumenta que el futuro de Estados Unidos debe centrarse en la reindustrialización y la soberanía energética, promoviendo la extracción de petróleo y carbón, y defendiendo una política energética basada en los combustibles fósiles.
Hackers piratean funciones de suscripción de Tesla
Un grupo de hackers logró piratear el acceso a funciones de suscripción de Tesla, una de las marcas de automóviles más tecnológicas del mundo. Este ataque cibernético permitió el acceso remoto a funciones pagas como la calefacción de los asientos y el paquete completo de conducción autónoma, cuyo valor en suscripción alcanza los 15.000 dólares. Los investigadores lograron vulnerar los sistemas de Tesla mediante una técnica conocida como 'jailbreaking', que consiste en explotar los defectos del dispositivo para instalar software distinto al proporcionado por el fabricante. Además de acceder a estas funciones, los hackers también obtuvieron datos personales almacenados en el sistema de infoentretenimiento del vehículo, como la lista de contactos del conductor, registros de llamadas y contraseñas de Wi-Fi.Su apoyo a la ley 'El Gran, Hermoso, Uno' busca, según sus palabras, proteger millones de empleos en la industria automotriz y energética tradicional.
Además, ha cuestionado la viabilidad de los autos eléctricos, señalando que su producción elimina puestos de trabajo y que la infraestructura de carga no es suficiente para reemplazar a los vehículos convencionales.
El conflicto no solo ha sido en el ámbito político, sino también en las redes sociales, donde Musk ha llegado a afirmar que Trump no habría logrado ganar las elecciones sin su ayuda en 2024, mientras Trump lo ha calificado como 'el hombre que perdió la cabeza'.
La tensión ha escalado a tal punto que algunos aliados republicanos de Trump han criticado públicamente a Musk, acusándolo de abandonar la causa del estadounidense medio.
Este enfrentamiento tiene profundas implicaciones para la industria automotriz. Tesla, que en 2025 ha visto cómo su valor en bolsa se redujo en aproximadamente 32.000 millones de euros, enfrenta un futuro incierto frente a las políticas restrictivas de Trump. La disputa también refleja una división más amplia en la sociedad estadounidense, entre quienes apoyan la transición ecológica y quienes defienden un modelo basado en los recursos tradicionales.
Además, la rivalidad entre Trump y Musk simboliza el choque entre el pasado y el futuro en la política energética de Estados Unidos. Trump representa una visión conservadora, centrada en fortalecer la economía basada en los combustibles fósiles, mientras Musk encarna la innovación y la sostenibilidad.
En conclusión, el conflicto entre Donald Trump y Elon Musk en torno a los vehículos eléctricos y Tesla no solo es una disputa personal, sino que también refleja las tensiones profundas en la política y la economía de Estados Unidos.
El resultado de esta rivalidad podría definir la dirección del país en términos de energía, tecnología y empleo en los próximos años, marcando un antes y un después en la historia de la movilidad eléctrica y la política energética estadounidense.