Las recientes medidas arancelarias del presidente Donald Trump afectan duramente a productos clave provenientes de India, incluyendo electrónicos, joyas y textiles, con posibles incrementos de hasta 150 euros en algunos artículos. Analizamos cómo estas tarifas podrían alterar el comercio bilateral y el precio final para los consumidores estadounidenses y globales.

Estas medidas, que incluyen un aumento del 25% en los aranceles ya existentes, podrían elevar los costos de una variedad de bienes, desde dispositivos electrónicos hasta joyería y textiles.
La decisión ha sido interpretada como una respuesta a las continuas importaciones indias de petróleo ruso y a las tensiones comerciales en general.
Supuestamente, estas #tarifas suplementarias se implementarán en 21 días posteriores a la orden oficial, que fue firmada el 6 de agosto de 2025, elevando aún más los costos para los importadores y consumidores en Estados Unidos.
La medida llega en un contexto donde #India se posiciona como uno de los principales socios comerciales de EE.UU., con exportaciones valoradas en aproximadamente 80 mil millones de euros en 2024, en sectores que incluyen farmacéuticos, joyería y textiles.
Históricamente, las relaciones comerciales entre Estados Unidos e India han sido complejas, con momentos de cooperación y otros de tensión, especialmente en torno a tarifas y barreras comerciales.
La imposición de estos nuevos aranceles se suma a una serie de medidas similares tomadas en el pasado, en un intento de presionar a India para que ajuste sus políticas comerciales.
Entre los productos más afectados se encuentran los medicamentos, que representan cerca de un tercio de las exportaciones de India a EE.UU. en ese sector. Se estima que las tarifas adicionales podrían encarecer estos productos en aproximadamente 150 euros por caja o por lote, dependiendo del tipo de medicamento.
Esto podría traducirse en un aumento en el precio final para los pacientes en Estados Unidos, afectando especialmente a los medicamentos genéricos y vacunas.
India ha logrado consolidarse como un importante centro de producción de teléfonos inteligentes
Por otro lado, la industria tecnológica también sentiría el impacto. India ha logrado consolidarse como un importante centro de producción de teléfonos inteligentes, y según informes presuntamente recientes, ha superado a China en volumen de envíos a EE.UU. en los últimos meses. La firma Canalys indica que la participación india en las importaciones de teléfonos ha aumentado un 240%, y se calcula que las tarifas podrían elevar el costo de estos dispositivos en aproximadamente 120 euros por unidad.
Asimismo, la joyería y las piedras preciosas, que representan cerca de 10 mil millones de euros en exportaciones anuales hacia Estados Unidos, podrían experimentar incrementos en sus precios de hasta 200 euros por pieza, debido a los nuevos aranceles.
India es uno de los principales proveedores de diamantes y oro, y la subida de tarifas podría afectar tanto a los fabricantes como a los consumidores.
En el sector de textiles y ropa de hogar, las tarifas afectarían a productos valorados en alrededor de 5 mil millones de euros anualmente. Se estima que las prendas de vestir, sábanas y toallas podrían costar hasta 150 euros más en los puntos de venta estadounidenses, lo que sin duda impactará en el poder adquisitivo de los consumidores.
Supuestamente, estos cambios en las tarifas también impactarán en otros bienes importados de India, como mariscos congelados, aceites petroquímicos y componentes electrónicos.
La medida pretende presionar a India para que modifique ciertas políticas comerciales, pero también podría tener efectos negativos en la cadena de suministro global, elevando los precios y reduciendo la competitividad.
En conclusión, las nuevas tarifas implementadas por Estados Unidos en respuesta a las acciones de India tienen el potencial de alterar significativamente los precios de numerosos productos en el mercado internacional.
Aunque algunos sectores podrían beneficiarse de una mayor protección, la mayoría enfrentará mayores costos, que en algunos casos podrían traducirse en aumentos de hasta 150-200 euros en el precio final para los consumidores.