Explora los efectos de los impactos de rayos en los vehículos y cómo la estructura del coche puede proteger a sus ocupantes. Además, se ofrecen consejos para conductores ante tormentas eléctricas y datos históricos sobre la frecuencia de estos fenómenos.

Imagen relacionada de que pasa cuando un rayo impacta un coche y como protegerse

Cada año, millones de #rayos impactan en diferentes partes del mundo, y la mayoría de los vehículos actúan como una especie de jaula de Faraday, protegiendo a las personas en su interior.

Supuestamente, cuando un rayo golpea un coche, puede causar daños severos o incluso incendios. Sin embargo, la realidad es más compleja y depende de varios factores, como la intensidad del rayo, el tipo de vehículo y las condiciones del entorno.

La historia registra que los aviones, coches y trenes, gracias a sus estructuras metálicas, permiten que la electricidad pase por su exterior sin afectar a los pasajeros, siempre que no haya combustible en el interior.

El fenómeno del rayo se produce cuando una diferencia significativa de carga eléctrica entre las nubes y la tierra genera una descarga eléctrica de gran potencia, que puede alcanzar 1,2 gigavatios o más.

Esta descarga busca seguir el camino de menor resistencia, que en el caso de los vehículos suele ser su estructura metálica. Los coches con carrocerías de metal, e incluso los vehículos eléctricos, actúan como una especie de escudo que canaliza la electricidad alrededor de los ocupantes, minimizando riesgos.

Supuestamente, los impactos de rayos pueden variar desde marcas superficiales, como quemaduras en el techo, hasta daños más graves, como la explosión de la antena, rotura del parabrisas o incluso incendios en el motor o en el interior del vehículo.

Los coches con techos de lona o convertibles ofrecen menos protección, ya que su estructura no es un buen conductor de electricidad. Además, los vehículos con combustible en el depósito, como los que contienen gasolina o diésel, presentan un riesgo adicional en caso de impacto eléctrico, ya que la chispa puede provocar un incendio.

Son comunes tras un impacto de rayos

Los daños menores, como la pérdida de la configuración de los sistemas electrónicos o la necesidad de reiniciar los instrumentos, son comunes tras un impacto de rayos.

En casos más severos, puede haber daños en el sistema de navegación, antenas o incluso en los sistemas eléctricos internos. En estos casos, se recomienda a los conductores que, si un vehículo ha sido impactado, se detengan en un lugar seguro, eviten tocar partes metálicas internas y esperen al menos 30 minutos antes de intentar volver a conducir.

Supuestamente, las estadísticas indican que, a nivel mundial, los coches son alcanzados por rayos millones de veces al año. Sin embargo, la probabilidad de que un vehículo particular sea golpeado en un momento dado es de aproximadamente 1 en 100,000. A pesar de esto, los expertos aseguran que, en la mayoría de los casos, un impacto no termina en desastre y el coche puede seguir funcionando tras el evento.

Desde una perspectiva histórica, los avances en ingeniería y en la fabricación de vehículos han incrementado la seguridad en caso de impactos eléctricos.

La incorporación de metales en la estructura y el diseño de sistemas de protección han sido fundamentales para reducir los riesgos. Además, los especialistas recomiendan que, en presencia de tormentas eléctricas, se evite conducir, especialmente en zonas abiertas o elevadas, y preferiblemente se busque refugio en un lugar seguro.

En conclusión, aunque impactar un rayo en un coche puede parecer una experiencia aterradora, la realidad es que la mayoría de los vehículos están diseñados para soportar estos eventos sin que los ocupantes sufran daños graves.

Como medida de precaución, se aconseja a los conductores que, si su vehículo ha sido alcanzado por un rayo, revisen el exterior en busca de daños, eviten encender el motor inmediatamente y consulten a un mecánico para una inspección completa.