El gobierno de Estados Unidos avanza en la eliminación progresiva de los cheques en papel para pagos de beneficios sociales, afectando a millones de beneficiarios en todo el país y fomentando un cambio hacia pagos digitales que podría costar millones de euros en adaptación tecnológica.
Esta decisión, supuestamente motivada por la necesidad de modernizar los sistemas y reducir costos, afectará a millones de beneficiarios que, hasta ahora, recibían sus pagos en formato físico.
Desde hace varias décadas, los cheques en papel eran la forma principal de entrega de estos beneficios, pero con la expansión de la banca digital y las soluciones de pago móviles, el cambio hacia pagos electrónicos se ha acelerado.
Según datos históricos, en los años 80 y 90, la mayoría de los pagos se realizaban mediante cheques en papel, pero la tendencia se fue desplazando hacia transferencias bancarias y tarjetas de débito prepagadas, como la tarjeta Direct Express.
Supuestamente, esta transición busca reducir los costos administrativos y el fraude asociado a los cheques físicos, además de acelerar la entrega de fondos a los beneficiarios.
Sin embargo, expertos advierten que esta medida podría afectar a un segmento de la población que todavía depende de métodos tradicionales, como los mayores que no utilizan servicios bancarios digitales o personas en zonas rurales con acceso limitado a tecnologías modernas.
El proceso de eliminación de cheques en papel comenzó en 2024, cuando la Administración del Seguro Social (SSA) anunció que todos los beneficiarios recibirían sus pagos únicamente mediante depósito directo en sus cuentas bancarias o a través de la tarjeta Direct Express.
La fecha límite para la migración completa se estableció para septiembre de 2025, y se espera que esta medida pueda ahorrar al gobierno millones de euros en costos de producción y distribución.
El costo de emitir un cheque en papel en #Estados Unidos puede superar los 3 dólares (aproximadamente 2
Para entender el alcance económico, supuestamente, el costo de emitir un cheque en papel en Estados Unidos puede superar los 3 dólares (aproximadamente 2,70 euros), incluyendo impresión, envío y procesamiento.
Multiplicando esa cifra por millones de beneficiarios, el ahorro potencial para el Estado sería de cientos de millones de euros anualmente.
Por otro lado, esta medida también ha generado inquietud entre defensores de los derechos de los #jubilados y las comunidades más vulnerables, quienes temen que la #digitalización pueda dejar atrás a quienes no tienen acceso a servicios bancarios o no se sienten cómodos usando tecnología.
Algunas organizaciones han solicitado que se mantengan opciones tradicionales para garantizar la inclusión financiera.
El cambio también supone un impacto en la #economía de los beneficiarios, muchos de los cuales dependen estrictamente de estos pagos para su subsistencia.
Supuestamente, en años anteriores, la dependencia de cheques en papel fue una de las principales causas de retrasos y errores en los pagos, problemas que se espera puedan reducirse con la digitalización.
Este proceso de transición digital en la entrega de beneficios sociales no solo refleja una tendencia global hacia la automatización y la eficiencia, sino que también plantea desafíos sociales y económicos que deben ser gestionados con cuidado para evitar que los más vulnerables queden excluidos.
La implementación de medidas complementarias, como programas de alfabetización digital y acceso a servicios bancarios en zonas rurales, será fundamental para garantizar una transición justa.
