La propuesta estrella del proyecto de ley fiscal de Donald Trump omite una promesa clave relacionada con la eliminación de impuestos a los beneficios de Seguridad Social, poniendo en riesgo los ingresos de millones de jubilados en Estados Unidos.

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La reforma fiscal propuesta por el expresidente Donald Trump y actualmente en discusión en el Congreso ha generado controversia, especialmente entre los jubilados que dependen de sus beneficios de Seguridad Social.

Aunque Trump prometió durante su campaña y en diversos eventos públicos eliminar los impuestos a los beneficios de la Seguridad Social, la versión del proyecto de ley que avanza en el Congreso parece haber dejado de lado esa promesa fundamental.

Este proyecto de ley, conocido como 'Una Gran, Hermosa y Unificada Reforma Fiscal', contempla múltiples medidas para reducir impuestos y optimizar gastos, pero omite una de las propuestas más populares y solicitadas por los adultos mayores: la eliminación del gravamen sobre los beneficios de Seguridad Social.

La omisión ha despertado críticas, ya que afecta directamente a los 52.6 millones de estadounidenses que actualmente reciben beneficios de pensión, quienes ven en esta reforma una posible amenaza para sus ingresos.

Desde 1983, los beneficios de Seguridad Social han estado sujetos a impuestos en determinados niveles de ingreso, una medida que fue implementada para fortalecer la sostenibilidad del sistema.

Actualmente, hasta el 85% de los beneficios pueden ser gravados si los ingresos provisionales superan ciertos umbrales, los cuales, sorprendentemente, no han sido ajustados por inflación en más de 30 años.

Esto ha provocado que aproximadamente la mitad de los jubilados en Estados Unidos tengan que pagar impuestos sobre sus beneficios, una carga que muchos consideran injusta y que limita su poder adquisitivo.

El nuevo proyecto de ley, en cambio, propone aumentar la deducción estándar para mayores de 65 años, ofreciendo hasta 3,500 euros (unos 4,000 dólares) adicionales en deducciones fiscales, pero solo para aquellos con ingresos moderados.

Sin embargo, no incluye la eliminación de los impuestos sobre los beneficios de Seguridad Social, incumpliendo así la promesa de Trump de acabar con esta carga fiscal.

La razón principal de esta decisión radica en consideraciones económicas y políticas. La eliminación de estos impuestos, aunque popular, implicaría una pérdida significativa en los ingresos del sistema de Seguridad Social. Según el informe de 2024 de la Junta de Seguridad Social, el fondo de reservas de la Seguridad Social podría agotarse en 2033 si no se toman medidas.

La eliminación de la tributación de beneficios reduciría aún más los ingresos, acelerando la posible necesidad de recortes en los pagos, que podrían llegar hasta un 21% en los próximos años.

Además, políticamente, la aprobación de una medida tan polémica requiere un amplio apoyo bipartidista, algo difícil de conseguir en un Congreso dividido.

La mayoría de los senadores republicanos y demócratas no estarían dispuestos a votar en favor de eliminar un impuesto que, aunque impopular, ayuda a mantener la solvencia del sistema.

En definitiva, la promesa de Trump de eliminar los impuestos a los beneficios de Seguridad Social se ha quedado en el camino, dejando a millones de jubilados con una expectativa incumplida.

La realidad es que, en el contexto actual, gravar estos beneficios sigue siendo una medida necesaria para garantizar la estabilidad financiera del sistema y evitar recortes masivos en las futuras prestaciones.

Mientras tanto, los jubilados continúan enfrentando un aumento en los costos de vida, con una inflación que ha mermado en un 20% el poder adquisitivo de sus beneficios desde 2010, según datos del Grupo de los Ciudadanos Mayores.

La falta de una reforma que elimine los impuestos sobre los beneficios significa que muchos seguirán viendo cómo sus ingresos se ven reducidos por esta carga fiscal, en un momento en que el sistema de Seguridad Social necesita urgentemente soluciones a largo plazo.

En conclusión, aunque la promesa de Trump fue clara y popular, las complejidades económicas y políticas han impedido su cumplimiento. La realidad actual muestra que la tributación de los beneficios de Seguridad Social continúa siendo una pieza clave para sostener el sistema y evitar un colapso que afectaría a millones de jubilados en todo Estados Unidos.