Mientras la tasa de desempleo aumenta en Estados Unidos, el sector de la salud sigue generando nuevos empleos, impulsado por el envejecimiento poblacional y la alta prevalencia de enfermedades crónicas. Este fenómeno demuestra la resistencia del mercado laboral en un contexto económico desafiante.
En septiembre, la industria sanitaria añadió aproximadamente 39,000 nuevos puestos de trabajo, según informó la Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics).
Esta tendencia refleja una resistencia notable ante los obstáculos económicos recientes y resalta la importancia vital de la #salud en la #economía estadounidense.
En concreto, los servicios ambulatorios, que comprenden consultorios médicos, laboratorios y servicios de atención domiciliaria, aportaron cerca de 21,000 empleos durante ese mes.
Por su parte, los hospitales aumentaron su plantilla en aproximadamente 13,000 trabajadores. Además, el sector de asistencia social, que incluye servicios para familias e individuos, también sumó unos 9,000 empleos en septiembre.
Este crecimiento en el #empleo en salud no es algo nuevo. Desde hace varias décadas, la población de #Estados Unidos ha ido envejeciendo, lo que ha incrementado la demanda de servicios médicos y de atención a largo plazo.
Según datos históricos, en 1960 solo el 9% de la población tenía más de 65 años, mientras que hoy esa proporción supera el 16%. Se estima que para 2030, uno de cada cinco estadounidenses tendrá más de 65 años, impulsando aún más la necesidad de profesionales en salud.
Supuestamente, además del envejecimiento poblacional, la alta prevalencia de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardíacas y obesidad ha contribuido a mantener la demanda de servicios médicos.
La inversión en salud en Estados Unidos es
La inversión en salud en Estados Unidos es, de lejos, la más alta del mundo; en 2022, el gasto sanitario alcanzó aproximadamente 4,1 billones de dólares (alrededor de 3,7 billones de euros), lo que equivale a casi el 18% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Este nivel de inversión no solo refleja la prioridad que le da la nación a la salud, sino que también fomenta la innovación en tratamientos y tecnologías médicas.
Supuestamente, la estructura del sistema sanitario estadounidense, que combina fondos públicos como Medicare, Medicaid y la Ley de Cuidado de Salud Asequible, con la inversión privada de empleadores y aseguradoras, ha creado un mercado robusto para el empleo en salud.
Además, se proyecta que la escasez de médicos en el país podría llegar a 86,000 profesionales para 2036, según la Asociación de Facultades de Medicina de Estados Unidos.
La demanda de enfermeros, asistentes médicos y farmacéuticos también continúa en aumento.
Un ejemplo de la creciente demanda en áreas específicas es la fertilidad, donde los servicios de fertilización in vitro (FIV) han experimentado un auge.
Presuntamente, la presión de la administración Trump para reducir los costos de medicamentos clave podría haber incentivado aún más el interés en tratamientos de fertilidad, aunque también ha generado ciertas barreras de acceso.
En conclusión, aunque el desempleo general en Estados Unidos siga en ascenso, el sector de la salud se mantiene como uno de los pilares del mercado laboral, con una creación constante de empleos que responde a las necesidades demográficas y sanitarias de la población.
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