La cadena farmacéutica Rite Aid ha iniciado un proceso de bancarrota bajo el Capítulo 11, asegurando que sus clientes puedan seguir accediendo a sus medicamentos sin interrupciones, mientras busca una solución para su complicada situación financiera. La compañía, que opera en 15 estados con más de 1,200 tiendas, enfrenta una serie de desafíos económicos que la han llevado a recurrir nuevamente a la protección legal, en un contexto de creciente presión en el sector farmacéutico estadounidense.

El pasado lunes 5 de mayo, Rite Aid anunció oficialmente que ha presentado una solicitud de bancarrota bajo el Capítulo 11 en los tribunales de Nueva Jersey.
Esta decisión llega después de que la cadena farmacéutica reportara pérdidas por aproximadamente 700 millones de euros (unos 750 millones de dólares) en su último ejercicio fiscal, y se produce en un momento en que el sector salud en Estados Unidos enfrenta profundas transformaciones.
Rite Aid, fundada en 1962 en Pennsylvania, fue en su momento una de las cadenas de farmacias más grandes del país. Sin embargo, en las últimas décadas, ha visto cómo sus rivales, como Walgreens y CVS, han ido ganando terreno, en parte debido a la consolidación del mercado y a la entrada de nuevas plataformas digitales como Amazon y Walmart en la venta de medicamentos.
La competencia feroz y la disminución de márgenes en la comercialización de fármacos han llevado a Rite Aid a una situación financiera precaria.
En la actualidad, la compañía cuenta con más de 1.200 tiendas distribuidas en 15 estados, principalmente en la Costa Este y en algunas regiones del Midwest. A pesar de su tamaño, ha acumulado una deuda que supera los 2.3 mil millones de euros (unos 2.5 mil millones de dólares), una carga que ha resultado insostenible tras años de pérdidas y reestructuraciones fallidas.
Para afrontar esta crisis, Rite Aid ha conseguido una financiación adicional por aproximadamente 1.7 mil millones de euros (unos 1.94 mil millones de dólares), con la cual pretende mantener abiertas sus tiendas y garantizar la continuidad del servicio a sus clientes. La empresa ha asegurado que seguirá operando sus farmacias y que sus clientes podrán acceder a sus recetas sin interrupciones, ya que ha trabajado para facilitar la transferencia de recetas a otros establecimientos, en colaboración con terceros.
Rite Aid cierra 68 tiendas adicionales en Estados Unidos por dificultades financieras
La cadena de farmacias Rite Aid continúa enfrentando problemas económicos y anuncia el cierre de 68 sucursales en siete estados, en medio de un proceso de bancarrota que busca reestructurarse y vender activos. Los clientes podrán seguir accediendo a sus servicios durante el proceso de cierre.La dirección de Rite Aid ha expresado su compromiso de preservar la mayor cantidad posible de empleos y de minimizar el impacto social de esta situación.
Sin embargo, se prevé que, en el proceso, se produzcan despidos y cierres de tiendas, dado que la compañía busca optimizar sus operaciones y reducir su deuda.
Este es el segundo proceso de bancarrota que enfrenta Rite Aid en menos de dos años. La primera ocurrió en octubre de 2023, cuando la empresa logró reestructurar cerca de 700 millones de euros (750 millones de dólares) en deudas, cerrar múltiples tiendas y vender activos, incluyendo su subsidiaria Elixir, especializada en beneficios farmacéuticos.
Tras ese proceso, la firma salió de la bancarrota en 2024, en manos de sus acreedores, pero las dificultades persistieron.
El sector farmacéutico en Estados Unidos ha estado atravesando una profunda transformación, con una creciente tendencia a la concentración empresarial y a la digitalización.
Además, la disminución de márgenes en la venta de medicamentos y la competencia de gigantes como Walmart y Amazon han reducido la rentabilidad de las cadenas tradicionales.
Esta situación ha provocado el cierre de cientos de farmacias, generando preocupación en comunidades donde el acceso a medicamentos se ha visto reducido, formando lo que se denomina