La venta de más de 119 tiendas de JCPenney podría no cerrarse ante la fecha límite establecida para el acuerdo, con posibles consecuencias para la red de tiendas y el manejo inmobiliario.
Según un aviso regulatorio del Copper Property CTL Pass Through Trust, la transacción pactada con Onyx Partners, Ltd. no se ha cerrado y se ha establecido un plazo límite para su cierre. Si la operación no se ratifica antes del 26 de diciembre, el contrato quedaría automáticamente rescindido. Este dato eleva la incertidumbre sobre el destino de un conjunto significativo de locales y sobre la estrategia de cara al próximo año.
La historia de estas ventas toma su origen en la reestructuración de JCPenney, que atravesó una quiebra de bancarrota en 2020 y que llevó a que un grupo de acreedores y fondos controlara una porción importante de su portafolio inmobiliario.
En el marco de ese proceso, el fondo Copper Property asumió la responsabilidad de comercializar una parte sustancial de tiendas y centros de distribución.
En julio de 2025, se informó que Onyx Partners, Ltd. iba a adquirir 119 locales por una suma cercana a los 947 millones de dólares. En euros, eso equivaldría a aproximadamente 871 millones de euros, una cifra que subraya la magnitud de la operación para el portafolio minorista de la cadena.
El cierre, en aquel momento, estaba previsto para septiembre de 2025, pero varios retrasos han marcado el avance.
El detalle de las cifras no es menor: JCPenney, tras la reestructuración, mantiene alrededor de 650 tiendas en operación. Parte de ese inventario inmobiliario fue asignado a la confianza propietaria para facilitar la venta de un grupo de ubicaciones específicas, mientras que otras instalaciones quedaron bajo la gestión de terceros, como Simon Property Group y Brookfield Asset Management Inc.
Estos actores asumieron la responsabilidad de las operaciones y de las propiedades que no quedaron bajo la transmisión directa de la trust. En la práctica, la intención era que los ingresos de la venta se destinaran a los acreedores de JCPenney, como parte de un plan para distribuir fondos resultantes de la venta tras costos y liquidación de deudas.
La cronología de la operación ha estado marcada por ajustes y dilaciones. Aunque la firma Onyx parecía haber finalizado su diligencia debida y el depósito acordado quedó configurado como no reembolsable, la posibilidad de que el acuerdo alcance su cierre se ha mantenido en la cuerda floja.
En un entorno de #retail que ha visto caídas de demanda y cambios en el comportamiento del consumidor
En un entorno de retail que ha visto caídas de demanda y cambios en el comportamiento del consumidor, la venta de un bloque tan numeroso de tiendas no solo representa una inyección de liquidez para acreedores, sino también un reacomodo importante para el mapa de centros comerciales de varias regiones.
A nivel práctico, la venta de 119 locales tendría impactos directos en las comunidades donde se ubican esas tiendas, en la ocupación comercial de las arterias comerciales y en la dinámica de empleo ligada a las operaciones minoristas.
Aunque la transacción busca optimizar el portafolio y concentrar activos en manos de compradores con mayor capacidad de gestión, la posibilidad de que el acuerdo se termine podría provocar cambios abruptos en el plan de reestructuración y en el control de los inmuebles.
En este sentido, los analistas advierten que, si la fecha límite se incumple, la trust podría reconsiderar la estrategia de venta y evaluar otros escenarios para las tiendas restantes, incluyendo potenciales cierres o nuevas ofertas a diferentes compradores.
Paralelamente, el contexto macro del #comercio minorista en #Estados Unidos es un marco relevante para entender estas decisiones. Los grandes almacenes han atravesado años de transformación tecnológica, presión de costos y variaciones en la demanda estacional. En ese marco, el acuerdo alrededor de #JCPenney no solo responde a la necesidad de resolver una cartera de activos problemáticos, sino también a una señal de cuánto está dispuesto a invertir el mercado en activos comerciales de tamaño medio que requieren gestión activa.
Si finalmente se formaliza la transacción, la transferencia de las 119 tiendas podría marcar un hito para el balance de la cadena y para la composición de su red, con efectos de corto y mediano plazo en la operación y en el posicionamiento de las tiendas en las regiones donde se concentran.
Supuestamente, muchos de los detalles aún dependen de la verificación de cumplimiento y de la disponibilidad de las partes para avanzar en el cierre.
Presuntamente, la diligencia debida completada y el depósito no reembolsable ofrecían una ruta clara para cerrar el trato, pero la historia ha mostrado que la coordinación entre el vendedor, el comprador y los administradores de los activos aún puede enfrentar obstáculos.
