La mítica marca alemana Porsche ha visto disminuir drásticamente sus proyecciones de ganancias para 2025 debido a la débil acogida de sus vehículos eléctricos, lo que ha provocado una caída significativa en su valor de mercado y problemas financieros internos.

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La compañía, que históricamente ha sido conocida por sus deportivos de alto rendimiento y lujo, enfrenta ahora una serie de desafíos económicos y estratégicos en un mercado que se está transformando rápidamente hacia la movilidad eléctrica.

Según informes recientes, #Porsche ha reducido su pronóstico de margen de beneficio para 2025 a un máximo del 2%, una cifra considerablemente menor a las estimaciones previas que oscilaban entre el 5% y el 7%.

Esta modificación en sus metas refleja la presión que enfrenta la compañía en un contexto global donde la demanda de vehículos eléctricos no ha cumplido con las expectativas iniciales, especialmente en mercados clave como China y Estados Unidos.

La situación de Porsche no es un caso aislado. La industria automotriz en general está atravesando una fase de ajuste, impulsada por la competencia feroz, las guerras de precios y una desaceleración económica en países como China, que tradicionalmente han sido grandes consumidores de autos de lujo y deportivos.

La decisión de retrasar ciertos lanzamientos de modelos eléctricos y centrarse en híbridos y autos de combustión interna, presuntamente para mantener la rentabilidad, ha afectado las proyecciones de la marca.

Supuestamente, la matriz de Porsche, Volkswagen, estima que la reestructuración y los retrasos en la introducción de nuevos modelos de EV le costarán aproximadamente 4.5 mil millones de euros (unos 3.8 mil millones de euros), lo que impactará directamente en sus #beneficios operativos. La compañía también supuestamente ha reconocido que la dependencia excesiva de los vehículos eléctricos en su estrategia fue un error, y que ahora busca diversificar su oferta para adaptarse a las tendencias del mercado.

Las acciones de Porsche han perdido casi la mitad de su valor

Desde su salida a bolsa en 2021, las acciones de Porsche han perdido casi la mitad de su valor, en parte debido a las dudas de los inversores sobre si la compañía podrá cumplir con sus metas de rentabilidad en un entorno cada vez más competitivo.

Analistas como los de Bernstein señalan que la inversión millonaria en la transición eléctrica no ha logrado, hasta ahora, posicionar a Porsche como un competidor serio frente a gigantes como Tesla.

Supuestamente, Porsche también enfrenta una posible bajada en sus expectativas de retorno de inversión a medio plazo, con proyecciones que indican una rentabilidad en ventas de entre el 10% y el 15%, en comparación con el 18% en 2023 y el 14% en 2024.

La crisis interna y la demanda débil han llevado a la marca a replantearse su estrategia, en un intento por corregir el rumbo y evitar futuras pérdidas.

Históricamente, Porsche ha sido símbolo de lujo y rendimiento, pero en los últimos años, la presión por adaptarse a las nuevas regulaciones ambientales y las expectativas del mercado ha puesto a la marca en una situación difícil.

La supuesta sobredependencia en la tecnología EV y los retrasos en sus lanzamientos pueden ser un problema que tarde en resolverse, afectando su imagen y credibilidad.

En conclusión, la situación financiera de Porsche refleja los desafíos que enfrentan muchas marcas tradicionales en un escenario de rápida transformación hacia la movilidad eléctrica.