Padres y defensores advierten que los futuros recortes en Medicaid, bajo la propuesta de la ley 'One Big Beautiful Bill', podrían afectar gravemente la atención y el bienestar de los niños con discapacidad. La confusión sobre los nombres y la gestión del seguro complica aún más la situación.

Sin embargo, supuestamente, con la aprobación del proyecto de ley conocido como 'One Big Beautiful Bill', se prevén recortes significativos en los fondos destinados a este programa, lo cual preocupa a padres, especialists y defensores de los derechos de los niños con discapacidad.
El impacto potencial de estos recortes es profundo, ya que muchos de estos niños dependen de #Medicaid para recibir terapias, medicación y atención especializada que, en muchos casos, no estarían disponibles por otros medios.
Presuntamente, el proyecto busca reducir en más de 900 mil millones de dólares el gasto federal en Medicaid durante la próxima década, lo que podría dejar a aproximadamente 10 millones de personas sin cobertura, según estimaciones de la Oficina del Presupuesto del Congreso.
Una de las complicaciones más relevantes es que muchos beneficiarios no son conscientes de que están en Medicaid, debido a los diferentes nombres con los que se denomina el programa en cada estado.
Por ejemplo, en Carolina del Sur, el programa se denomina 'Healthy Connections', mientras que en Arizona se llama 'Sistema de Contención de Costos de Atención Médica de Arizona (AHCCCS)', y en California, 'Medi-Cal'.
Esto genera confusión, especialmente en las familias que no están familiarizadas con las particularidades del sistema, y supuestamente, muchas veces no perciben que están en un programa de asistencia pública.
El problema se agrava por la gestión privada del programa en muchos estados, donde las aseguradoras tradicionales como Blue Cross Blue Shield, UnitedHealthcare y Molina Healthcare administran estos beneficios bajo diferentes nombres comerciales.
Como resultado, los beneficiarios podrían pensar que tienen un seguro privado cuando en realidad están cubiertos por Medicaid, lo que puede dificultar la percepción pública sobre la importancia y la naturaleza del programa.
Algunos estados han optado por cambiar el nombre de sus programas para evitar el estigma asociado a la etiqueta 'Medicaid'
Además, algunos estados han optado por cambiar el nombre de sus programas para evitar el estigma asociado a la etiqueta 'Medicaid', o por motivos políticos.
Por ejemplo, en Oklahoma, el programa se llama 'Sooner Care', mientras que en Washington, se denomina 'Apple Health'. Este tipo de rebranding, presuntamente, busca mejorar la aceptación social del programa, pero también puede contribuir a la confusión y a la percepción de que estos beneficios son diferentes o de menor calidad.
Los expertos advierten que estos cambios en la denominación y la reducción de fondos podrían tener consecuencias directas en la atención de los niños con discapacidad, quienes requieren terapias constantes, medicamentos especializados y seguimiento médico continuo.
La interrupción o disminución de estos servicios puede afectar su desarrollo, salud y calidad de vida.
Históricamente, Medicaid fue creado en 1965 como parte de la Ley de Seguridad Social, con el objetivo de ofrecer asistencia sanitaria a quienes más lo necesitaban.
Desde entonces, ha sido un elemento clave en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en salud. Sin embargo, los recientes debates políticos y las decisiones presupuestarias han puesto en jaque la estabilidad del programa, generando incertidumbre entre las familias beneficiarias.
En conclusión, los posibles recortes y la reconfiguración del sistema Medicaid en Estados Unidos podrían tener un impacto devastador en los niños con discapacidad y sus familias.
La confusión sobre los nombres y la gestión del programa, sumada a la reducción de recursos, amenazan con dejar a millones sin la atención especializada que necesitan para una vida digna y saludable.