Un análisis sobre cómo las tarifas comerciales implementadas por la administración de Donald Trump están afectando a las empresas en Estados Unidos, su cadena de suministro y los precios para los consumidores.
Aunque supuestamente estas #tarifas estaban destinadas a revitalizar la base industrial del país, los resultados han sido diversos y, en algunos casos, contradictorios.
Por ejemplo, la compañía Gear Motions, ubicada en Nueva York, que se especializa en engranajes personalizados, supuestamente compra el 96% de sus componentes en EE.
UU., con solo un 4% importado, principalmente debido a la falta de proveedores nacionales capaces de producir ciertos componentes específicos. Sin embargo, con la aplicación de una tarifa del 10% desde principios de abril, los costos de producción han aumentado, y se prevé que estos costos adicionales sean trasladados a los clientes.
La situación refleja cómo las tarifas, en teoría, buscan incentivar la producción local, pero en la práctica, muchas empresas enfrentan obstáculos para reemplazar completamente sus cadenas de suministro internacionales.
Históricamente, la política de tarifas comerciales no es nueva en EE. UU.; en la década de 1930, durante la Gran Depresión, políticas similares intentaron proteger la #industria nacional, aunque con resultados que en su momento profundizaron la recesión.
Actualmente, se estima que casi un tercio de las insumos intermedios utilizados por las manufacturas estadounidenses son importados, según datos del Departamento de Comercio de 2022.
Esto hace que muchas empresas dependan de cadenas de suministro globales, y la imposición de tarifas supuestamente incrementa los costos de manera significativa.
Por ejemplo, startups como 000Skin, que producen envases para productos de belleza, supuestamente continúan comprando en China, donde la infraestructura y la tecnología aún son superiores, a pesar de los esfuerzos por encontrar proveedores en EE.
UU. que puedan igualar la calidad y los precios. La imposición de tarifas ha llevado a algunos empresarios a considerar cambiar a productores en México, pero supuestamente la infraestructura y las capacidades tecnológicas en ese país aún no son suficientes para reemplazar a China en ciertos segmentos.
Con la intención de aprovechar los beneficios de producir localmente y reducir costos asociados a las tarifas y al transporte
Por otro lado, algunas empresas han decidido fortalecer su presencia en EE. UU. mediante inversiones en nuevas fábricas. La empresa Cra-Z-Art, que produce juguetes y material escolar, anunció en marzo una ampliación del 50% en su espacio de producción, con la intención de aprovechar los beneficios de producir localmente y reducir costos asociados a las tarifas y al transporte.
Sin embargo, supuestamente, aún no se puede determinar cuántos empleos se crearán con esta expansión, aunque se espera que la automatización sea clave para mantener la competitividad.
Supuestamente, la administración Trump afirmó que sus políticas tarifarias han incentivado inversiones por valor de miles de millones de euros en el sector manufacturero estadounidense, fomentando la creación de empleos y la innovación.
No obstante, diversos analistas económicos sugieren que, en realidad, estas políticas han generado incertidumbre, afectando las decisiones de inversión a largo plazo.
Por ejemplo, la contratación en el sector manufacturero cayó en mayo, con una pérdida de aproximadamente 7.200 empleos, a pesar de que en general el empleo en EE. UU. mostró un crecimiento moderado.
Asimismo, expertos como Susan Helper, profesora de #economía en la Universidad de Case Western Reserve, opinan que, aunque las tarifas pueden ser una herramienta útil para proteger la industria local, la incertidumbre genera que muchas empresas posterguen sus inversiones.
La supuesta tendencia de trasladar producción fuera de China a EE. UU. o a otros países con menores costos aún no se ha materializado en gran escala, debido a los elevados costos de establecer nuevas fábricas y a la complejidad de reconstruir cadenas de suministro desde cero.
En conclusión, las tarifas comerciales de la era Trump supuestamente buscaban fortalecer la economía estadounidense, pero en realidad, muchas empresas enfrentan un escenario de mayor incertidumbre y costos crecientes.
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