Un nuevo estudio revela que la inversión en acciones entre las clases socioeconómicas bajas y medias en Estados Unidos ha alcanzado niveles históricos, impulsada por la accesibilidad digital y las recientes tendencias económicas. La mayoría de estos inversores, muchos de los cuales comenzaron en los últimos cinco años, consideran las acciones como una vía para alcanzar sus metas financieras, a pesar de la volatilidad del mercado. Expertos sugieren que esta tendencia podría transformar el panorama económico si continúa creciendo y diversificándose.
Según un informe reciente, más de la mitad de estos grupos socioeconómicos ahora poseen acciones, una tendencia que ha sido impulsada por la democratización del acceso a las plataformas de #inversión digital y el aumento de la conciencia financiera.
Supuestamente, esta tendencia refleja un cambio profundo en la forma en que los estadounidenses perciben la inversión y la acumulación de riqueza. Antes, solo los más ricos tenían la posibilidad de invertir en bolsa, ya que los costos y las barreras de entrada eran considerables. Sin embargo, con la llegada de plataformas en línea que permiten la compra de fracciones de #acciones y sin comisiones, casi cualquier persona puede comenzar a invertir con tan solo unos pocos euros.
Por ejemplo, plataformas populares en EE.UU. y que también operan en Europa, ofrecen a los usuarios la posibilidad de adquirir acciones por tan solo 4 o 5 euros, lo que ha abierto las puertas a millones de nuevos inversores.
Además, las redes sociales, especialmente YouTube y TikTok, están inundando a los usuarios con recomendaciones y consejos de inversión, muchas veces de influencers que promueven la compra de acciones individuales.
Supuestamente, esto ha llevado a un aumento en la apertura de cuentas de inversión. Datos de la firma BlackRock y la organización sin fines de lucro Commonwealth indican que en los años 2020 y 2021 se crearon aproximadamente 46 millones de nuevas cuentas para inversores minoristas en EE.UU. La pandemia de COVID-19, además, sirvió como catalizador, ya que muchas personas se quedaron en casa, ahorraron dinero y buscaron maneras de hacer crecer sus ahorros en un entorno de tasas de interés en alza y precios de la vivienda en aumento.
El informe señala que, a pesar de que la mayoría de estos nuevos inversores prefieren acciones individuales sobre fondos indexados o ETFs, esta tendencia puede ser problemática.
Las acciones individuales son más volátiles y riesgosas
Las acciones individuales son más volátiles y riesgosas, y sin la adecuada diversificación, los inversores pueden enfrentarse a pérdidas significativas.
Presuntamente, la motivación principal de estos pequeños inversores es la búsqueda de metas como la jubilación, la seguridad financiera futura, o simplemente reducir el estrés económico.
Sin embargo, expertos advierten que la volatilidad del mercado puede poner en riesgo estos objetivos si no se toman las precauciones necesarias.
Supuestamente, un aspecto interesante es que, aunque los ricos siguen concentrando la mayor parte de la riqueza en acciones —supuestamente el 50% de las acciones en manos del 1% más rico—, la creciente participación de las clases medias y bajas podría comenzar a reducir las desigualdades económicas en el largo plazo.
En definitiva, la tendencia actual indica que cada vez más estadounidenses de bajos y medianos ingresos consideran la inversión en bolsa como una vía para mejorar su situación económica.
Sin embargo, expertos recomiendan que, para que esta tendencia sea sostenible y beneficiosa, se fomente la educación financiera y la diversificación de portafolios, además de la creación de fondos de emergencia que permitan afrontar imprevistos sin tener que liquidar inversiones en momentos adversos.
En conclusión, si esta tendencia continúa, podría marcar un cambio significativo en la estructura económica de Estados Unidos, promoviendo una mayor inclusión financiera y una reducción en las brechas de riqueza.
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