Una pareja que planea casarse busca que sus invitados contribuyan a la compra de su primera vivienda, en un contexto donde los costos de bodas y propiedades están en aumento y las nuevas generaciones enfrentan mayores dificultades para acceder a la vivienda propia.

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Casarse y comprar la primera vivienda son dos de los hitos más importantes y costosos en la vida de muchas personas. Mientras que el costo promedio de una boda en Estados Unidos ronda los 40,000 dólares (aproximadamente 37,000 euros), en países latinoamericanos estos gastos varían, pero generalmente también representan un desembolso significativo para las parejas.

Por ejemplo, en países como México, el gasto promedio en una boda puede superar los 300,000 pesos mexicanos, equivalentes a unos 14,000 euros.

Por otro lado, la entrada inicial para comprar una vivienda suele representar una de las mayores barreras para los jóvenes. En Estados Unidos, el pago inicial promedio es de aproximadamente 60,000 dólares (unos 55,500 euros), según datos de la firma inmobiliaria ATTOM. En países de América Latina, estos montos varían, pero en general representan una suma considerable, que puede equivaler a varios años de ahorro para muchas familias.

En un contexto donde las tasas de interés hipotecario están en aumento y la inflación ha encarecido los precios de las propiedades, muchas parejas jóvenes están replanteándose cómo financiar su futuro.

La tendencia actual muestra que algunas parejas prefieren reducir gastos en su boda para destinar esos recursos al pago inicial de su vivienda, en lugar de gastar en celebraciones excesivas.

De hecho, una tendencia en aumento es que los futuros esposos soliciten a sus invitados que contribuyan con dinero en lugar de los regalos tradicionales.

Según una encuesta realizada por la plataforma de bodas Zola, en 2024 el 87% de las parejas registradas en su plataforma solicitaban regalos en efectivo, y de ellas, el 41% específicamente pedía ayuda para la entrada de la casa.

Este cambio refleja una transformación en las prioridades sociales, donde la seguridad y la inversión en patrimonio personal toman un papel central.

Emily Forrest, portavoz de Zola, comenta que “la sociedad ha evolucionado y las personas están cada vez más cómodas entregando dinero en efectivo, especialmente cuando saben que ese dinero será destinado a algo tan importante como su futuro vivienda”.

Para quienes planean solicitar contribuciones para la entrada, los expertos recomiendan mantener una comunicación clara y honesta con los invitados.

Es recomendable explicar en la invitación qué destino tendrá el dinero y evitar pedir cantidades específicas, para que los invitados no se sientan presionados.

Además, se aconseja enviar notas de agradecimiento personalizadas para fortalecer los lazos y mostrar gratitud.

Desde el punto de vista financiero, también es importante que las parejas tengan en cuenta los costos asociados a la compra de una vivienda. Además del pago inicial, hay gastos como impuestos, seguros, reparaciones y servicios básicos, que en muchos países pueden sumar aproximadamente unos 15,000 a 20,000 euros anuales.

Por ello, los futuros propietarios deben asegurarse de que su ingreso pueda cubrir todos estos gastos, además de la cuota hipotecaria.

Asimismo, los bancos y entidades financieras suelen solicitar documentación que justifique el origen de los fondos en caso de ayudas económicas, como las donaciones de amigos o familiares.

Es recomendable abrir una cuenta exclusiva para la entrada de la vivienda y mantener registros claros de todas las transferencias.

Por último, expertos aconsejan que las parejas mantengan un diálogo abierto con sus instituciones financieras desde las primeras etapas del proceso.

Consultar con el banco o un asesor financiero permite entender mejor los requisitos y preparar toda la documentación necesaria para facilitar la aprobación del préstamo hipotecario.

En definitiva, aunque la idea de que los invitados contribuyan a la entrada de una casa puede parecer atípica en algunas culturas, en un contexto económico desafiante, representa una estrategia inteligente para hacer realidad el sueño de la vivienda propia, combinando esfuerzos y generando un ahorro significativo para el futuro.