La filial de CVS, Omnicare, presenta bancarrota después de una sentencia millonaria por fraude, en medio de incertidumbres financieras y posibles ventas futuras.

La noticia llega en medio de una serie de problemas legales y financieros que han marcado la historia de una de las filiales más emblemáticas de CVS.
Supuestamente, Omnicare, que fue fundada en Cincinnati en 1981 y que creció rápidamente a través de adquisiciones, se ha visto envuelta en una controversia que ha culminado con una multa de aproximadamente 860 millones de euros (equivalente a 949 millones de dólares) impuesta por un tribunal en Nueva York.
La sentencia, dictada tras un juicio civil de cuatro semanas, encontró a la empresa responsable de dispensar medicamentos sin recetas válidas a ancianos y personas discapacitadas en residencias asistidas y centros de atención a largo plazo.
Se presume que esta multa fue una de las mayores en la historia del sector farmacéutico en Estados Unidos, y supuestamente fue resultado de más de 3 millones de reclamaciones falsas presentadas ante Medicare, Medicaid y Tricare entre 2010 y 2018.
La multa fue calificada por algunos analistas como excesiva y posiblemente inconstitucional, lo que ha generado debates sobre la justicia de las sanciones en casos de fraudes de esta magnitud.
Supuestamente, CVS, que adquirió Omnicare en 2015 por unos 11.200 millones de euros (12.700 millones de dólares), ha indicado que la #bancarrota no implica un cierre inmediato. La empresa afirmó que continuará operando normalmente, centrada en atender las necesidades farmacéuticas de sus clientes y residentes en centros de atención a largo plazo.
Sin embargo, también se ha rumoreado que #CVS podría vender la división de farmacia especializada, dado que en años anteriores había considerado esa opción para reducir su exposición a riesgos y pérdidas.
Omnicare fue una pieza clave en la estrategia de CVS para expandirse en el sector de la atención geriátrica y de cuidados especiales
Históricamente, Omnicare fue una pieza clave en la estrategia de CVS para expandirse en el sector de la atención geriátrica y de cuidados especiales.
La compañía creció rápidamente en Cincinnati, y en su apogeo llegó a ser una de las principales proveedoras de servicios farmacéuticos para instituciones de #salud y residencias.
Sin embargo, tras la adquisición, la empresa enfrentó varios escándalos y dificultades legales.
Supuestamente, la multa y la bancarrota también reflejan una tendencia en el sector farmacéutico estadounidense, donde las #empresas enfrentan un aumento en la fiscalización y sanciones por prácticas fraudulentas.
La situación de Omnicare se enmarca en un contexto más amplio de crisis de confianza y de esfuerzos regulatorios para frenar abusos en la distribución de medicamentos y en la gestión de reclamaciones médicas.
Por su parte, la dirección de Omnicare ha señalado que la bancarrota es una medida para reestructurar sus finanzas y buscar una salida que les permita continuar brindando servicios especializados.
La compañía se ha comprometido a luchar por revertir la sentencia y a explorar opciones de apelación, mientras mantiene la esperanza de que la situación legal no afecte de manera definitiva su operación.
En definitiva, la historia de Omnicare y su reciente crisis reflejan los desafíos que enfrentan las grandes corporaciones en el sector salud en Estados Unidos, donde la regulación y la presión pública han aumentado significativamente en los últimos años.