Supuestamente, Procter & Gamble prevé un impacto de aproximadamente 900 millones de euros en sus beneficios debido a las tarifas comerciales aplicadas por el expresidente Donald Trump, mientras enfrenta su crecimiento de ventas más débil desde 2018. La compañía planea subir precios y realizar recortes de empleo en medio de un contexto económico incierto y una guerra comercial que supuestamente afecta a la industria de bienes de consumo a nivel global.

Según supuestamente fuentes cercanas, la compañía estima que las tarifas comerciales podrían traducirse en una pérdida cercana a los 900 millones de euros en su año fiscal 2026, una cifra que afecta significativamente sus perspectivas de crecimiento.
Este impacto financiero llega en un momento en el que la firma reporta su crecimiento en #ventas más débil desde 2018, con un incremento orgánico que supuestamente no supera el 1%, muy por debajo de sus expectativas habituales.
La desaceleración en ventas se atribuye, presuntamente, a la incertidumbre económica global, las tensiones comerciales y las políticas proteccionistas que han marcado los últimos años.
La compañía, conocida por marcas como Ariel, Fairy y Gillette, también enfrenta la presión de mantener su competitividad en un mercado cada vez más saturado y desafiante.
Supuestamente, para contrarrestar estos efectos, P&G ha anunciado que incrementará los precios en aproximadamente un 25% de sus productos en América del Norte.
Estas subidas de precios, que se implementarán a partir del próximo mes, buscan compensar los costos adicionales derivados de las tarifas y las interrupciones en la cadena de suministro.
Además, la empresa está en medio de un proceso de reestructuración que incluye recortes de empleo y la simplificación de su portafolio de productos.
Durante una reciente conferencia telefónica, el CEO de P&G, Jon Moeller, afirmó que la compañía está trabajando en un plan para reducir su fuerza laboral en un 15%, principalmente en áreas no relacionadas con la manufactura.
Se presuntamente espera que estas medidas afecten especialmente a la sede principal en Cincinnati, donde trabajan aproximadamente 10,000 empleados.
Históricamente, P&G ha atravesado varias fases de reestructuración. Entre 2012 y 2018, la empresa redujo su plantilla en unas 34,000 posiciones para adaptarse a los cambios del mercado y optimizar su eficiencia. La actual estrategia se enmarca en un escenario donde las tensiones comerciales y las guerras arancelarias parecen ser un obstáculo constante para la recuperación del sector.
Por otra parte, supuestamente, P&G también ha mencionado que extenderá su foco en la innovación de productos y en la optimización de operaciones internacionales.
La compañía continúa explorando mercados emergentes y ajustando su portafolio para adaptarse a las nuevas tendencias del consumo, aunque la incertidumbre sigue siendo un factor determinante en sus proyecciones.
Con ventas que superaron los 71
En el plano financiero, P&G registró en su último año comercial unos beneficios cercanos a los 15,2 mil millones de euros, con ventas que superaron los 71,4 mil millones de euros.
Sin embargo, el crecimiento de sus beneficios y ventas ha sido más lento en comparación con años anteriores, en parte debido a las dificultades mencionadas.
La firma también ha señalado que, en el futuro cercano, sus perspectivas de crecimiento orgánico se situarán entre 0% y 4%, lo que indica una recuperación gradual en medio de un entorno adverso.