Consejos prácticos para quienes enfrentan prejuicios laborales por estar sobradamente cualificados y buscan empleos menos exigentes. Estrategias para comunicar tus objetivos y evitar que te discriminen por tu experiencia.

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Este sesgo, que puede parecer injusto, tiene raíces en la percepción de que un candidato con un perfil más avanzado podría abandonar el puesto rápidamente o solicitar un salario superior al permitido por el presupuesto de la empresa.

Desde hace décadas, el mercado laboral ha evolucionado en respuesta a cambios económicos, tecnológicos y sociales. En los años 70 y 80, por ejemplo, la estabilidad laboral era más común y los empleadores valoraban la experiencia como un activo imprescindible. Sin embargo, en la actualidad, la flexibilidad y la adaptabilidad son clave, y muchos reclutadores temen que un candidato sobradamente cualificado no esté realmente interesado en el puesto o pueda buscar mejores condiciones en poco tiempo.

Supuestamente, este prejuicio puede afectar a profesionales en diferentes etapas de su carrera, especialmente a aquellos que, tras décadas en el mercado, desean reducir su carga laboral o encontrar trabajos más alineados con sus intereses actuales.

La buena noticia es que existen varias estrategias para contrarrestar este sesgo y presentar una candidatura atractiva.

En primer lugar, es fundamental ser transparente desde el inicio. En la carta de presentación o en la sección de objetivos del currículum, se puede aclarar que se busca un rol con menos exigencias, mayor equilibrio entre vida personal y profesional, o mayor flexibilidad.

Por ejemplo, una frase como: “Busco un puesto que permita aprovechar mi amplia experiencia en un entorno que valore la estabilidad y la calidad de vida” ayuda a comunicar claramente las intenciones.

Otra recomendación es aprovechar plataformas como LinkedIn para reforzar este mensaje. Actualizar el titular y el apartado “Acerca de” con un enfoque en los intereses actuales, y no solo en logros pasados, puede marcar la diferencia.

Además, en la entrevista, es recomendable explicar que la motivación principal ahora es encontrar un trabajo que sea gratificante y compatible con el estilo de vida deseado, no necesariamente un ascenso o incremento salarial.

Supuestamente, el manejo adecuado de las expectativas salariales también ayuda a evitar malentendidos. En lugar de mencionar cifras específicas, se puede decir que el salario ofrecido “está alineado con mis objetivos actuales y mi interés en una posición más equilibrada”.

Esto evita que el empleador piense que la intención es negociar un salario excesivo.

Acudir a agencias de #empleo especializadas puede ser una buena estrategia

Asimismo, acudir a agencias de empleo especializadas puede ser una buena estrategia. Estas entidades actúan como intermediarios y pueden presentar tu perfil a empresas que valoren la experiencia y la madurez, sin centrarse únicamente en el salario o en la juventud.

Por último, buscar organizaciones con propósito social o que aprecien la diversidad generacional puede facilitar la inserción. Instituciones educativas, ONG y centros de salud suelen valorar la experiencia y la motivación por contribuir de manera significativa, más allá del cargo o el salario.

En definitiva, ser estratégico, transparente y enfocado en los objetivos actuales permitirá que los reclutadores vean en ti a la persona adecuada para el puesto que buscas.