Superar un divorcio en la etapa de la madurez puede ser un proceso complejo, especialmente cuando se trata de gestionar las finanzas y volver a abrirse al amor. Expertos en la materia ofrecen consejos clave para afrontar esta transición y comenzar una nueva etapa con optimismo.

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A diferencia de los divorcios en etapas más jóvenes, este tipo de separación trae consigo particularidades económicas y emocionales que requieren una atención especial.

Históricamente, el aumento en las tasas de divorcio en esta franja de edad ha sido impulsado por cambios sociales, mayores expectativas de vida y una mayor independencia económica de las personas mayores.

Según estudios recientes, en Estados Unidos, la tasa de divorcios en personas de más de 55 años se ha duplicado desde 1990. En países europeos, como España, también se observa una tendencia ascendente en esta categoría, reflejando transformaciones similares en la estructura familiar y las dinámicas sociales.

La realidad es que, tras un 'gray divorce', la situación financiera suele deteriorarse considerablemente. Los datos muestran que los hombres experimentan una caída en su nivel de vida cercano al 20%, mientras que las mujeres enfrentan una disminución que puede llegar al 45%.

En euros, esto implica que un hombre con un patrimonio previo de unos 300.000 euros verá reducido su nivel de vida en aproximadamente 60.000 euros, mientras que para una mujer con un patrimonio de 400.000 euros, la pérdida puede superar los 180.000 euros.

A pesar de estos desafíos, muchas personas optan por reemprender su vida sentimental. La clave está en gestionar adecuadamente las finanzas y adaptarse a la nueva realidad. Un aspecto fundamental es no esperar mantener exactamente el mismo estilo de vida que se tenía durante el matrimonio, ya que la separación implica que cada uno debe afrontar gastos como vivienda, servicios públicos y seguros por separado.

La experta en finanzas Michelle Crumm, de Michigan, aconseja que, tras un divorcio, la planificación financiera básica se vuelva prioritario para evitar caer en la precariedad.

Otro consejo importante es no aferrarse a la vivienda familiar sin considerar su coste real. En muchas ocasiones, la pareja que mantiene la casa puede terminar en una situación de 'hipoteca sobrecargada', pagando más en mantenimiento y servicios que los beneficios que obtiene.

Los expertos recomiendan evaluar si mantener la vivienda es realmente ventajoso o si sería mejor venderla y destinar esos fondos a una inversión que garantice mayor seguridad económica.

Estos suelen ser el activo más valioso tras un divorcio

En cuanto a las pensiones y ahorros para la jubilación, estos suelen ser el activo más valioso tras un divorcio. La división de estos fondos debe hacerse con precisión, preferiblemente mediante un documento legal llamado QDRO (orden de relaciones domésticas calificadas), que asegura que cada parte reciba su parte correspondiente sin penalizaciones fiscales.

En países donde la ley de comunidad de bienes predomina, la división suele ser equitativa, pero en otros casos, puede ser más flexible.

Asimismo, es crucial entender que no todos los activos tienen el mismo valor. Por ejemplo, unos ahorros en una cuenta bancaria tienen un valor distinto a los fondos en una cuenta de jubilación, dado que estos últimos aún no han sido gravados y podrían tener penalizaciones si se retiran antes de tiempo.

También, en el proceso de separación, es recomendable revisar y actualizar las designaciones de beneficiarios en seguros y cuentas de inversión.

En el ámbito emocional, muchas personas encuentran en la soltería una oportunidad para reinventarse y explorar nuevas relaciones. La experiencia del divorcio puede ser una oportunidad de crecimiento personal si se afronta con una actitud positiva y con el correcto apoyo psicológico.

La historia de muchas personas mayores que han logrado rehacer su vida sentimental, incluso después de largos matrimonios, demuestra que nunca es tarde para encontrar la felicidad.