El número de personas desempleadas por más de seis meses en Estados Unidos ha aumentado a su nivel más alto en dos años, evidenciando una tendencia preocupante en el mercado laboral, mientras la economía atraviesa momentos de incertidumbre y desaceleración en la contratación.

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El mercado laboral de Estados Unidos muestra signos de una creciente dificultad para quienes buscan regresar al trabajo después de largos periodos de desempleo.

Según el informe del Departamento de Trabajo de abril, aproximadamente 1.7 millones de estadounidenses llevan más de seis meses sin empleo, la cifra más elevada en más de dos años. Esto representa alrededor del 24% de todos los desempleados, incrementándose respecto a años anteriores y reflejando una tendencia preocupante en un contexto donde, en apariencia, la economía se mantiene relativamente sólida.

Históricamente, los periodos prolongados de desempleo pueden tener efectos duraderos en la trayectoria profesional y financiera de los trabajadores.

Durante la Gran Recesión de 2008 y la crisis provocada por la pandemia en 2020, estas cifras alcanzaron niveles mucho más altos, llegando a representar casi la mitad de la fuerza laboral desempleada en momentos críticos.

Sin embargo, a pesar de que las cifras actuales son menores, el aumento en la proporción de desempleados de larga duración en los últimos meses indica un deterioro en la dinámica de empleo.

El mercado laboral actual se caracteriza por una desaceleración en la creación de nuevos empleos y una cautela creciente por parte de las empresas.

Aunque en marzo y abril se reportaron crecimientos sólidos en el empleo, con un promedio de 181,000 nuevos puestos de trabajo y una tasa de desempleo del 4.2%, los indicadores de contratación han mostrado signos de freno. En particular, las solicitudes de beneficios por desempleo, consideradas un referente confiable de despidos, aumentaron inesperadamente en la semana que finalizó el 24 de mayo, aunque permanecen en niveles bajos históricamente.

Uno de los factores que está afectando la contratación es la disminución en la tasa de incorporación de nuevos empleados. La tendencia comenzó hace más de un año, influenciada por aumentos salariales significativos y tasas de interés elevadas que reducen la rentabilidad de las empresas.

Además, las tensiones comerciales y las tarifas arancelarias implementadas bajo la administración de Donald Trump han contribuido a un ambiente de incertidumbre que frena las decisiones de expansión y contratación.

Las cifras muestran que en marzo de 2024, las empresas en Estados Unidos realizaron unos 5.4 millones de contrataciones, cifra que ha bajado en comparación con los 6.8 millones de noviembre de 2021 y los 5.8 millones de finales de 2019, antes de la pandemia. Este escenario dificulta aún más la reinserción laboral de los desempleados, quienes deben competir en un mercado donde la oferta de vacantes es limitada y la demanda de trabajadores es incierta.

El impacto de esta situación es particularmente severo para los jóvenes y los nuevos graduados. El informe revela que en 2024, la cantidad de personas de entre 20 y 24 años en desempleo de larga duración ha aumentado en un 32% respecto a 2019, una tendencia que refleja los desafíos que enfrentan los recién llegados al mercado laboral.

La percepción de que solo quienes tienen experiencia previa pueden acceder a empleos estables y bien remunerados dificulta aún más la inserción de los más jóvenes.

En el caso de profesionales como Jessica Chibuzor-Muko, quien se graduó en 2024 con un título en ciberseguridad, la realidad ha sido diferente a sus expectativas iniciales.

Después de enviar más de 3,000 solicitudes y asistir a varias entrevistas sin éxito, ha visto cómo su entusiasmo se ha reducido y ha tenido que buscar trabajos temporales en otros campos, como la enfermería, mientras continúa capacitándose en línea para mejorar sus posibilidades.

Para quienes llevan largos periodos sin empleo, las consecuencias pueden ser duraderas y afectarán tanto su ingreso como su desarrollo profesional. La pérdida de habilidades, la percepción negativa por parte de los empleadores y la reducción en los ingresos acumulados en sus ahorros o pensiones son riesgos reales.

Sin embargo, algunos expertos consideran que la situación actual, aunque desafiante, es más manejable que en épocas de crisis total, y que la recuperación podría acelerarse una vez que las tensiones comerciales y políticas se resuelvan.

Por otro lado, las prestaciones por desempleo, que en meses anteriores alcanzaron su nivel más alto desde 2021, también reflejan la dificultad que enfrentan aquellos que han perdido sus empleos por largo tiempo.

Muchas personas, como Kiersten Ortiz-Cole, han agotado ya sus beneficios y enfrentan una situación financiera precaria, viviendo día a día y haciendo sacrificios para cubrir sus necesidades básicas.

En definitiva, el aumento en el desempleo de larga duración en Estados Unidos es una señal de advertencia sobre los efectos de la incertidumbre económica y las políticas comerciales en el mercado laboral.

La recuperación dependerá en buena medida de la estabilidad económica global y de las decisiones que tomen las empresas y los gobiernos en los próximos meses.