Descubre cuáles son los errores comunes que podrían estar impidiendo que avances en tu carrera y aprende estrategias para conseguir esa promoción que deseas.

Lograr un ascenso en el trabajo no siempre depende únicamente de la dedicación y el esfuerzo. A veces, los empleados que parecen estar mejor preparados pueden, sin saberlo, sabotear su propio avance profesional. Desde pequeños descuidos hasta la forma en que manejan sus relaciones laborales, estos errores silenciosos pueden frenar el crecimiento y dejar a muchos profesionales en la misma posición por más tiempo del deseado.
Uno de los errores más comunes es llegar a las reuniones individuales sin preparación. Según Jenny Wood, ex ejecutiva de Google y autora del libro “Wild Courage”, preparar en detalle estas reuniones es fundamental para orientar tu carrera.
La recomendación es llevar un documento breve que resuma tus métricas clave, logros recientes, obstáculos y metas profesionales. Por ejemplo, destacar un feedback positivo de un cliente o un avance en un proyecto importante puede marcar la diferencia. Esto demuestra proactividad y compromiso, cualidades que los líderes valoran a la hora de considerar a alguien para una promoción.
Además, la Oficina de Gestión de Personal de EE. UU. (OPM) sugiere que los empleados diseñen un plan de desarrollo individual (IDP), que facilite una comunicación clara con sus supervisores y permita definir expectativas de rendimiento.
Este plan debe ser visto como una colaboración continua, en la que la preparación y la retroalimentación constante son clave.
Por otro lado, dedicar demasiado tiempo a tareas que no aportan directamente a tu crecimiento, a lo que se refiere como “trabajo de siesta”, puede ser perjudicial.
Estas tareas, que incluyen responder correos innecesarios, colaborar en actividades que no generan impacto o ayudar en tareas menores, no contribuyen a tu promoción.
Jenny Wood advierte que dedicar más del 10% de tu tiempo a este tipo de labores puede ser un error, ya que no te acerca a los objetivos que realmente llaman la atención de los líderes.
En cambio, debes enfocarte en aceptar proyectos de alto impacto, liderar iniciativas que mejoren la satisfacción del cliente o impulsar resultados medibles para la empresa.
Estas contribuciones visibles y relevantes son las que realmente te posicionan para una promoción.
Otro aspecto fundamental es la construcción de relaciones más allá de tu jefe directo. Presuntamente, muchas decisiones relacionadas con promociones las toman otros líderes dentro de la organización. Por eso, es recomendable cultivar vínculos con quienes tienen influencia, como los superiores de tu supervisor o colegas con buena reputación. Según Wood, esto se logra gestionando relaciones “de manera superior” y “en diagonal”.
Puedes ofrecerte para presentar en reuniones de otros equipos, mentorear a un compañero o solicitar feedback sobre proyectos importantes. Incluso, compartir recursos útiles como artículos, libros o podcasts puede agregar valor y fortalecer esas relaciones. Sin embargo, supuestamente, es importante comenzar a construir estas conexiones con al menos un año de antelación, para que sean genuinas y no percibidas como oportunistas.
Finalmente, uno de los errores más contraproducentes es esperar una promoción solo por hacer bien tu trabajo actual. Jenny Wood aclara que no basta con cumplir con las responsabilidades; se trata de demostrar que estás listo para asumir mayores responsabilidades y un nivel superior.
La recompensa llega cuando evidencias que puedes desempeñarte con éxito en funciones de mayor alcance.
Además, es crucial mantener una actitud positiva y ser una fuente de energía para el equipo. Supuestamente, un empleado que irradia entusiasmo y motivación tiene más posibilidades de ser promovido que alguien que transmite frustración o negatividad.
Los líderes prefieren impulsar a quienes inspiran a los demás y contribuyen a un buen ambiente laboral.
En resumen, conseguir un ascenso requiere más que solo cumplir con las expectativas: implica planificar, construir relaciones estratégicas y mostrar en cada oportunidad que estás preparado para dar el siguiente paso.
Evitar estos errores comunes y adoptar una actitud proactiva puede marcar la diferencia entre quedarse en el mismo nivel o avanzar hacia el éxito profesional que deseas.