Nuevo México se convierte en el primer estado en Estados Unidos en ofrecer cuidado infantil universal y gratuito, una medida que podría marcar un precedente para otros estados en el país. La iniciativa busca aliviar la carga económica de las familias y potenciar el crecimiento económico y social de la región.

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La gobernadora Michelle Lujan Grisham hizo el anuncio el pasado 8 de septiembre, señalando que esta medida busca fortalecer a las familias, apoyar a la economía local y asegurar que todos los niños tengan acceso a oportunidades de desarrollo desde una edad temprana.

Supuestamente, esta iniciativa convierte a #Nuevo México en el primer estado en la nación en garantizar un servicio tan completo y accesible, superando los programas existentes que solo beneficiaban a familias con bajos ingresos.

Hasta ahora, el estado ya ofrecía #cuidado infantil gratuito para familias con ingresos iguales o inferiores al 400% del nivel federal de pobreza, pero con esta nueva política, el programa será abierto a todos los padres, sin restricciones.

El programa funciona mediante fondos directos a los proveedores de cuidado infantil, que en Nuevo México representan aproximadamente el 85% de los centros y cuidadores registrados en el sistema estatal.

Los padres solicitan asistencia a través del estado, especificando la instalación de su preferencia, y el gobierno establece tarifas basadas en la edad del niño, la calidad del cuidado y el tipo de centro.

Supuestamente, se espera que las familias ahorren en promedio unos 11,000 euros al año en gastos de cuidado infantil, lo que representa un alivio económico importante.

Para muchas familias, especialmente las monoparentales, los costos pueden superar el 30% de sus ingresos anuales. Actualmente, el costo mensual promedio de cuidado infantil en centros para bebés en #Estados Unidos es de aproximadamente 1.100 euros, o sea, cerca de 13.200 euros al año, una cifra que supera lo que muchos hogares consideran sostenible.

En Nuevo México, el costo medio anual de cuidado para un bebé en un centro es de alrededor de 12.900 euros, según datos del Instituto de Políticas Económicas. Para niños de 4 años, ese gasto disminuye a unos 7.300 euros anuales. La diferencia en costos refleja la mayor demanda de cuidado para los bebés, que necesitan atención más especializada y prolongada.

Supuestamente, para que el sistema funcione de manera efectiva, el estado necesita reclutar a unos 4.500 profesionales adicionales en educación infantil. Aunque aún no hay suficientes educadores disponibles para cubrir toda la demanda que se prevé, las autoridades están trabajando en alianzas con empleadores y distritos escolares para incentivar salarios más altos y mejorar las condiciones laborales, con el objetivo de atraer a más trabajadores del sector.

El financiamiento proviene de fondos estatales, incluyendo una reserva de 320 millones de dólares (aproximadamente 290 millones de euros) provenientes de ingresos excedentes del petróleo y recursos federales.

Los residentes de Nuevo México votaron para destinar una parte del Fondo de la Concesión de Tierras Permanentes a la educación infantil

Además, en 2022, los residentes de Nuevo México votaron para destinar una parte del Fondo de la Concesión de Tierras Permanentes a la educación infantil, lo que aportará cerca de 170 millones de euros adicionales en el presupuesto de 2026.

Supuestamente, otros estados y municipios en Estados Unidos están observando con interés las políticas de Nuevo México, y algunos ya han iniciado programas pilotos o planes para ampliar el acceso a cuidado infantil gratuito.

Connecticut, Vermont y Oregón son ejemplos de jurisdicciones que están invirtiendo en infraestructura y en la mejora de salarios para los profesionales del sector.

A nivel nacional, muchos expertos consideran que la implementación de un programa de cuidado infantil universal y gratuito a nivel federal sería un paso decisivo para reducir desigualdades, promover la participación laboral de las madres y fortalecer a las familias.

Sin embargo, la administración federal aún no ha anunciado planes concretos al respecto, aunque se espera que en los próximos años se intensifiquen los debates y las propuestas en el Congreso.

Supuestamente, esta tendencia refleja una creciente conciencia en la opinión pública sobre la importancia de invertir en la primera infancia como una estrategia para construir una sociedad más equitativa y próspera.

La historia muestra que en épocas de crisis, como durante la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos lograron movilizar recursos significativos para apoyar a las familias y los niños; ahora, muchos creen que es momento de repetir ese esfuerzo a nivel nacional.