Las últimas cifras del censo en Estados Unidos revelan un aumento en la brecha salarial de género en 2024, afectando especialmente a las mujeres negras y poniendo en evidencia la persistencia de la desigualdad laboral a nivel mundial.

La información, presentada el 9 de septiembre, indica que la proporción de ingresos entre mujeres y hombres, considerando los salarios medios de quienes trabajan a tiempo completo y todo el año, ha disminuido a un 80,9% en 2024 desde un 82,7% en 2023.
Este descenso refleja una tendencia preocupante que podría tener implicaciones profundas para la #economía y la equidad social.
En términos concretos, esto significa que por cada euro que gana un hombre en Estados Unidos, una mujer percibe aproximadamente 82 céntimos en 2024, en comparación con los 83 céntimos del año anterior y los 84 céntimos en 2022.
La caída en la proporción de ingresos es la más significativa desde 2003, año en que se comenzaron a detectar cambios en estas métricas. La tendencia, supuestamente, ha sido influenciada por diversos factores económicos y sociales, entre ellos la falta de políticas efectivas para reducir la discriminación salarial basada en el género.
El informe también revela que la situación es aún más grave para las mujeres negras, quienes en 2024 reciben aproximadamente 65 céntimos por cada dólar que gana un hombre blanco, una disminución respecto a los 66 céntimos en 2023 y los 69 céntimos en 2022.
Esta disparidad refleja las profundas desigualdades raciales y de #género que persisten en el mercado laboral. Además, los datos muestran que los ingresos medianos de los trabajadores masculinos aumentaron un 4,4% en comparación con el año anterior, alcanzando aproximadamente 2.400 euros anuales, mientras que los ingresos de las mujeres no presentaron cambios estadísticamente relevantes, manteniéndose en torno a 1.950 euros.
La brecha salarial
La brecha salarial, presuntamente, también ha tenido un impacto en la economía familiar. La disminución en los ingresos de las mujeres contribuye a ampliar las desigualdades económicas y a dificultar la estabilidad financiera de muchas familias, especialmente aquellas con madres solteras o jefas de hogar.
Expertos en política laboral y derechos de las mujeres señalan que, a pesar de los avances en representación política y en el número de mujeres en puestos directivos, la desigualdad salarial persiste como uno de los mayores obstáculos para la igualdad de género.
La administración actual, supuestamente, ha implementado algunas medidas, como créditos fiscales para el cuidado infantil, pero muchos activistas consideran que estas acciones no son suficientes para revertir la tendencia.
La lucha contra la desigualdad salarial requiere de cambios estructurales profundos, incluyendo mejores políticas de protección laboral, mayor acceso a la educación y capacitación, y campañas de sensibilización para eliminar prejuicios en el ámbito laboral.
Históricamente, la #brecha salarial de género en Estados Unidos ha sido objeto de debate desde los años 60, y aunque ha habido avances, los datos de 2024 dejan claro que aún queda mucho por recorrer.
La persistencia de estas disparidades refleja, en parte, la desigualdad estructural en la sociedad, que también se ve reflejada en otros ámbitos como la política, la educación y la participación social.
En conclusión, los datos del censo de 2024 señalan que la desigualdad salarial de género no solo sigue vigente, sino que además se está ampliando, evidenciando la necesidad urgente de implementar políticas efectivas y sostenibles que promuevan la igualdad real en el ámbito laboral y social.