El Banco de España confirma que a pesar de la digitalización, el efectivo sigue predominando entre las opciones de pago de los ciudadanos en el último año.

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Según el informe reciente del Banco de España, el efectivo continúa siendo el medio de pago más utilizado por los ciudadanos en el año 2022. A pesar del advenimiento de nuevos métodos de pago digitales y de la creciente preferencia por las transacciones electrónicas, la moneda física sigue ocupando un lugar predominante en las preferencias de los españoles.

El análisis revela que, aunque el uso de tarjetas de débito y crédito ha crecido, el efectivo se mantuvo presente en un 60% de las transacciones realizadas, lo que representa una cifra notable considerando la tendencia global hacia la digitalización.

El estudio también señala que más del 75% de la población activa española sigue considerando el dinero en efectivo como un medio de pago confiable y seguro.

Históricamente, el efectivo ha jugado un papel crucial en la economía de los países, y España no es la excepción. En 2010, se registraron un 80% de transacciones en efectivo, lo que apunta a una ligera disminución en la última década. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 afectó significativamente la forma en que las personas administran su dinero; se observó un impulso de la preferencia por el pago contactless, y muchas personas comenzaron a usar más tarjetas, pero el efectivo todavía se mantiene fuerte en este ecosistema.

El informe también destaca que las transferencias en línea y los pagos mediante aplicaciones móviles han tomado impulso, especialmente entre los consumidores más jóvenes.

Sin embargo, se estima que el 55% de los adultos de más de 65 años aún prefieren usar efectivo para sus transacciones diarias, lo que pone de manifiesto una diferencia generacional en las costumbres de pago.

Los comerciantes y el sector minorista también han señalado que, si bien las terminales de punto de venta (TPV) han facilitado las transacciones digitales, muchos consumidores aún optan por pagar en efectivo, ya que les permite mantener un mejor control sobre sus gastos.

Con la intención de modernizar la economía y promover métodos de pago más seguros, el gobierno ha invertido en campañas educativas para incentivar el uso de tarjetas y métodos digitales, sin embargo, esta transición parece ser más efectiva en áreas urbanas en comparación con zonas rurales donde prevalece el uso de efectivo.

Los datos del Banco de España sugieren que el efectivo no desaparece, sino que se adapta, coexistiendo con nuevas tecnologías. A medida que se avanza hacia el futuro, es probable que veamos una combinación de métodos de pago, donde el efectivo seguirá siendo un pilar importante en la economía de España.

Por el momento, su uso persiste, reafirmando la importancia de la economía de cash entre los españoles.