Una revisión de las funciones más sencillas de los vehículos que hoy en día se han vuelto excesivamente complejas, afectando su funcionalidad y seguridad.

Imagen relacionada de los cambios mas complicados en funciones cotidianas de los autos y como afectan su uso

Aunque algunos cambios buscan mejorar la comodidad y la tecnología, otros han resultado en características que, presuntamente, generan más problemas que soluciones.

Un ejemplo de esto son las llamadas 'funciones excesivas' en los vehículos que, en teoría, deberían simplificar la vida del conductor, pero que en realidad han añadido capas de complejidad innecesaria.

Se estima que en los últimos años, muchas de estas funciones han sido diseñadas más con fines de marketing o #innovación estética que por utilidad real.

Por ejemplo, las portezuelas de las camionetas pickup han pasado de ser elementos simples para cargar y descargar, a convertirse en componentes multifuncionales.

Presuntamente, en el pasado, las puertas traseras solo se abrían y cerraban, pero ahora algunos modelos incluyen características como puertas divididas que se abren lateralmente, escalones integrados, o incluso altavoces para mejorar la experiencia en las reuniones al aire libre.

Estas funciones, que supuestamente buscan ofrecer mayor versatilidad, en realidad complican el mantenimiento y el uso cotidiano, además de aumentar el peso del vehículo.

Otra función que ha sufrido una transformación en exceso es el volante de mando. En los años 80, los volantes eran simples, con controles básicos. Sin embargo, hoy en día, muchos incluyen múltiples botones y pantallas táctiles integradas en los radios, con controles que, supuestamente, facilitan el acceso a funciones de entretenimiento, navegación y llamadas.

Pero presuntamente, esta acumulación de botones y pantallas puede distraer al conductor, poniendo en riesgo la seguridad.

Por si fuera poco, los sistemas de visualización en el parabrisas, conocidos como head-up displays, han crecido en tamaño y en cantidad de información proyectada.

Originalmente, solo mostraban la velocidad, pero ahora incluyen instrucciones de navegación, alertas de seguridad y datos del vehículo, en muchos casos saturando la vista del conductor.

Presuntamente, esta sobrecarga de información puede distraer más que ayudar, especialmente cuando las pantallas superan los 60 centímetros de ancho en algunos modelos de lujo.

Asimismo, los llaveros inteligentes y sistemas de entrada sin llave también han evolucionado en exceso. En sus inicios, solo permitían abrir y cerrar el vehículo. Hoy, algunos modelos ofrecen controles remotos con pantallas táctiles, funciones de arranque a distancia, y hasta la posibilidad de gestionar funciones a través de aplicaciones en smartphones.

Sin embargo, esta sobrefuncionalidad puede ser un problema cuando los sistemas fallan o se vuelven complicados de usar, aumentando la vulnerabilidad ante ciberataques.

Supuestamente, muchas de estas funciones adicionales han sido creadas en un intento por diferenciar los vehículos en un mercado cada vez más competitivo.

Los #autos eran mucho más sencillos

Pero en el proceso, se ha sacrificado, en algunos casos, la sencillez y la seguridad. La historia de la industria automotriz muestra que en los años 50 y 60, los autos eran mucho más sencillos, confiables y seguros, características que hoy en día parecen estar en riesgo por la búsqueda constante de innovación tecnológica.

En conclusión, aunque la tecnología y el diseño continúan avanzando en el sector automotriz, es importante reflexionar sobre si todos estos cambios aportan realmente valor, o si en realidad están complicando la experiencia de los conductores y poniendo en peligro su seguridad.