El mercado de coches y camiones se verá afectado por la escasez de vehículos y el aumento de precios debido a nuevas tarifas de importación.
El mercado de coches y camiones se está preparando para enfrentar desafíos aún mayores, no solo por las tarifas impuestas recientemente. Las ventas de automóviles nuevos han experimentado una caída drástica, alcanzando su punto más bajo en 2022, un año marcado por la escasez de componentes provocada por la pandemia de COVID-19.
Esta situación ha dejado una huella que ahora afecta a los compradores de vehículos usados.
Los vehículos de tres años son considerados el estándar dorado en el mercado de automóviles usados. Después de tres años, un coche o camión ha perdido gran parte de su valor, pero aún tiene muchos kilómetros por recorrer. Sin embargo, en 2025, la oferta de vehículos de tres años será escasa. Según la compañía de análisis automotriz Edmunds, se espera que este año sea uno de los peores en la historia para los coches de tres años. Esto se debe a que en 2022 las ventas de automóviles nuevos se situaron en solo 13,8 millones, la cifra más baja desde 2011, cuando el país se recuperaba de la Gran Recesión.
"Desde que comenzó la pandemia, sabíamos que este efecto iba a llegar", comenta Brian Moody, editor ejecutivo de Kelley Blue Book y Autotrader. En 2022, los contratos de arrendamiento de coches y camiones cayeron drásticamente, y Edmunds predice que en 2025, los vehículos arrendados representarán solo el 18% de las ventas de coches usados, el porcentaje más bajo desde los tiempos de la Gran Recesión.
Entre 2019 y 2022, más de 4 millones de vehículos usados volvían cada año de contratos de arrendamiento. Sin embargo, este año, ese número podría caer a alrededor de 2 millones. "Muchos de esos coches no regresarán al mercado, ya que no fueron arrendados en primer lugar", añade Moody.
Además, otros vehículos "ligeramente usados" también escasearán en 2025. "Si planeas comprar un coche usado en 2025, encontrarás muchos menos vehículos casi nuevos, de dos, tres o cuatro años", advierte Ivan Drury, director de insights en Edmunds.
Estos coches son muy demandados, ya que la mayoría aún están bajo garantía y su valor se ha depreciado lo suficiente como para ser una buena oferta.
Este escenario se complica aún más por el aumento de precios que se prevé para los coches nuevos. En enero, el precio promedio de un vehículo nuevo fue de aproximadamente 48,118 euros, mientras que el precio promedio de un coche usado fue de 24,402 euros.
Las nuevas tarifas de importación impuestas por la administración de Trump están exacerbando esta situación.
Según Edmunds, el 17% de los coches vendidos en EE. UU. en 2025 fueron fabricados en México, el 7% en Canadá y el 27% en otros países extranjeros. Aunque un vehículo se fabrique en EE. UU., algunos de sus componentes pueden proceder de otros países.
Recientemente, Trump anunció una exención de un mes para los automóviles provenientes de Canadá y México, lo que da un respiro temporal a los fabricantes y concesionarios estadounidenses.
"Una exención de un mes es un alivio, pero la amenaza de tarifas sigue sobre la industria automotriz como una nube oscura", explica Jessica Caldwell, jefa de insights en Edmunds.
Se anticipa que los vehículos más económicos se verán más afectados por estas tarifas. Moody estima que el 40% de los vehículos con un precio inferior a 40,000 euros se verán directamente impactados.
La demanda de coches usados podría aumentar si los compradores se ven obligados a optar por vehículos usados debido a los precios más altos de los coches nuevos, lo que a su vez puede elevar los precios de los coches usados.
Ante esta escasez de vehículos usados, los compradores podrían considerar alternativas como adquirir un vehículo más antiguo, optar por un coche de lujo o incluso un coche eléctrico usado, que suelen tener una depreciación significativa.
En algunos casos, la compra de un coche nuevo podría ser más conveniente, ya que los concesionarios suelen ofrecer descuentos y tasas de interés más bajas en comparación con los coches usados.
Con el futuro del mercado automotriz en un estado incierto, los compradores deben estar preparados para navegar por un paisaje cambiante y encontrar la mejor opción para sus necesidades.
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