Aprende cómo cambiar las escobillas del parabrisas de tu vehículo de forma sencilla y económica, asegurando una visión clara en cualquier condición climática.

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Aunque muchos conductores optan por acudir a un taller, la verdad es que cambiar las escobillas tú mismo puede ser una tarea rápida, sencilla y mucho más económica, ahorrándote tiempo y dinero en reparaciones costosas.
Supuestamente, las escobillas del parabrisas son una de las partes más olvidadas, pero cumplen un papel crucial en la seguridad vial. Sin una visibilidad clara, la conducción se vuelve mucho más peligrosa, incrementando el riesgo de accidentes. Por ello, es recomendable revisarlas periódicamente y reemplazarlas cuando muestren signos de desgaste, como rayas, chorreos o si dejan manchas en el cristal.
El primer paso para cambiar las escobillas es conocer el tamaño adecuado para tu vehículo. La mayoría de los coches tienen medidas específicas, que varían según el modelo y la marca. Para averiguarlo, puedes consultar el manual del propietario, medir las escobillas actuales con una regla o buscar en línea con el modelo de tu coche.
Generalmente, las escobillas delanteras tienen diferentes longitudes, siendo la del lado del conductor ligeramente más larga.
Antes de comenzar, es recomendable limpiar el parabrisas con un limpiador de cristales y un paño de microfibra. Esto eliminará polvo, grasa y residuos, facilitando una mejor visión y evitando que la suciedad se acumule en las nuevas escobillas.
Luego, debes elevar suavemente las escobillas del parabrisas, levantando las palas para acceder a los ganchos o mecanismos de sujeción. Es importante manipularlas con cuidado, ya que pueden estar firmemente sujetas y, si se manejan con violencia, podrían dañar el cristal o el propio mecanismo.
El siguiente paso es liberar las escobillas viejas presionando el botón de liberación, que suele estar en la base del soporte. Una vez desconectadas, se colocan las nuevas, asegurándose de que encajen correctamente en el gancho o adaptador correspondiente. Muchos kits incluyen varios tipos de adaptadores, por lo que es conveniente verificar cuál funciona con tu modelo.
Una vez colocadas, es fundamental probarlas antes de salir a la carretera. Enciende el limpiaparabrisas a diferentes velocidades y activa el lavado para comprobar que las escobillas se mueven sin saltar o dejar manchas. También es recomendable realizar un recorrido en condiciones de lluvia para asegurarse de que limpian eficazmente.
En cuanto a la duración, las escobillas del parabrisas suelen durar alrededor de 12 meses, aunque esto puede variar según el clima y el uso. En zonas con lluvias frecuentes o temperaturas extremas, es aconsejable revisarlas con mayor regularidad y reemplazarlas en cuanto muestren deterioro.
Supuestamente, algunos conductores creen que el reemplazo de las escobillas solo es necesario cuando dejan marcas o hacen ruido. Sin embargo, expertos en seguridad vial recomiendan realizar una inspección visual periódica y cambiar las escobillas preventivamente para evitar situaciones peligrosas.
En definitiva, cambiar las escobillas del parabrisas es una tarea sencilla que puede realizar cualquier conductor con un poco de paciencia y cuidado.
Además, al hacerlo por cuenta propia, puedes ahorrar dinero y asegurarte de que tu vehículo esté en las mejores condiciones para conducir en cualquier circunstancia climática.