La decisión de Canadá de retirar productos alcohólicos de su mercado en respuesta a los aranceles impuestos por EE.UU. genera preocupación entre las empresas americanas.

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La reciente decisión de Canadá de retirar productos alcohólicos estadounidenses de sus estantes está causando gran revuelo entre las empresas de EE.UU. Esta medida, en respuesta a los aranceles impuestos por el presidente Trump, ha afectado particularmente a marcas icónicas como Jack Daniel's, cuya empresa matriz, Brown-Forman, ha expresado su descontento.

Lawson Whiting, CEO de Brown-Forman, ha calificado esta acción como "peor que un arancel", argumentando que afecta gravemente las ventas de su marca en el país vecino.

Aunque el mercado canadiense solo representa aproximadamente el 1% de las ventas de Jack Daniel's, la medida es vista como un golpe significativo a la presencia de la marca en un país donde es bastante popular.

El contexto de esta controversia se enmarca en una serie de tensiones comerciales entre EE.UU. y Canadá. Hace un tiempo, el presidente Trump había impuesto aranceles del 25% a productos importados de Canadá y México. Sin embargo, recientemente, esos aranceles han recibido una prórroga, lo que intensifica la incertidumbre en el mercado. La industria vitivinícola de California también está preocupada por la reacción de los consumidores canadienses, dado que Canadá representa el mercado de exportación más importante para los vinos estadounidenses, con ventas al por menor que superan los 1.1 mil millones de euros anuales.

El retiro de productos alcohólicos no solo afecta a Jack Daniel's, sino que también podría extenderse a otras industrias. Expertos en comercio han señalado que esta situación podría desencadenar un efecto dominó, donde la retirada de productos de los estantes canadienses impacta no solo las ventas inmediatas, sino también la planificación a largo plazo de la demanda y el inventario.

"El daño no se limita a las ventas actuales; se extiende a la percepción de la marca y la lealtad del consumidor", comentaba Darpan Seth, CEO de una firma de asesoría de gestión de pedidos.

La retirada de productos también podría fortalecer el movimiento de 'Compra Canadiense', lo que podría bloquear indefinidamente a las marcas estadounidenses de los estantes canadienses.

Históricamente, las tensiones comerciales han llevado a boicots y medidas de represalia, como se vio en la década de 1930, cuando un conflicto comercial llevó a aranceles y boicots dirigidos a la industria automotriz estadounidense.

La retirada de productos estadounidenses en Canadá podría ser el primer paso hacia una escalada más amplia en las tensiones comerciales entre ambos países.

En este contexto, el sentimiento de 'Compra Canadiense' puede crecer, a medida que los consumidores canadienses se sientan traicionados por las acciones de EE.UU.

La preocupación entre los líderes empresariales de EE.UU. es palpable. Muchos temen que la reacción negativa de los consumidores canadienses se extienda más allá del alcohol, afectando a otros sectores como la carne, la agricultura, la vestimenta y la industria automotriz.

Cada vez más, las decisiones de los minoristas canadienses de retirar productos estadounidenses se ven como una estrategia para fortalecer su relación con los consumidores locales.

Esto representa un reto significativo para las empresas estadounidenses que buscan mantener su cuota de mercado en un entorno comercial volátil. A medida que las tensiones continúan, el futuro del comercio entre EE.UU. y Canadá se mantiene incierto, con las empresas en la cuerda floja, esperando que se resuelva esta disputa comercial.