Los aranceles del 25% a México y Canadá y el 10% a China generan una ola de reacciones en el mercado y aumentan los precios de productos para los consumidores estadounidenses.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha implementado un nuevo conjunto de aranceles que impactarán significativamente a los consumidores norteamericanos.
A partir del 4 de marzo, los aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá, junto con un 10% adicional a productos provenientes de China, entraron en vigor, iniciando así una guerra comercial con estas naciones, que son algunos de los principales socios comerciales de EE.
UU. Este cambio ha suscitado una serie de reacciones tanto en el mercado de valores como entre los líderes de las naciones afectadas.
En las primeras horas tras la implementación de estos aranceles, las bolsas de valores de EE. UU. mostraron una tendencia a la baja, con el índice Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq cayendo casi un 1.5%. Esta situación ha generado preocupación entre los inversores, especialmente en sectores como el automotriz, el retail y la construcción, que son altamente sensibles a los cambios en los aranceles.
En particular, el S&P 500 experimentó su peor día del año tras el anuncio de Trump.
El presidente justificó estas medidas argumentando que son necesarias para presionar a los países implicados a tomar acciones más decididas contra el tráfico de fentanilo, un opioide que ha contribuido a la crisis de salud pública en EE.
UU. Sin embargo, los líderes de México y Canadá han expresado su desacuerdo con estas decisiones. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, declaró que su país había tomado medidas efectivas para detener el fentanilo, y que no había justificación para los aranceles impuestos por Trump.
Anunció que México revelará sus planes de represalias en un futuro cercano.
Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha prometido imponer aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por valor de 20.7 mil millones de euros, que incluyen jugo de naranja, mantequilla de cacahuate y cerveza. Además, Trudeau amenazó con aplicar tarifas adicionales si Trump no revoca sus aranceles dentro de un plazo de 21 días.
China, no tardó en reaccionar, anunciando aranceles adicionales del 10% al 15% sobre exportaciones agrícolas de EE. UU. y restricciones de inversión sobre 25 empresas estadounidenses. Un portavoz del gobierno chino calificó las acciones de Trump como una forma de chantaje.
Los consumidores norteamericanos pueden esperar un aumento en los precios de una amplia gama de productos. Según expertos, los aranceles afectarán las cadenas de suministro y aumentarán los costos de transporte, lo que resultará en un incremento generalizado de precios.
Se estima que los productos perecederos como frutas y verduras verán un aumento de precios más inmediato, en comparación con productos más duraderos como vehículos.
Entre los productos que podrían verse afectados por estos nuevos aranceles se encuentran: madera, productos lácteos, alcohol, café, y una variedad de alimentos procesados provenientes de México, Canadá y China.
La imposición de estos aranceles no solo podría alterar el mercado de bienes, sino que también podría generar una inflación que afecte el gasto del consumidor y, en última instancia, la economía en general.
A medida que la situación evoluciona, el futuro de las relaciones comerciales entre EE. UU. y sus socios se mantiene incierto, y los efectos de estos aranceles se sentirán en todos los rincones de la economía estadounidense.
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