A pesar de ser el claro líder de la Liga Profesional de Fútbol, la relación entre los jugadores de Vélez y su entrenador Gustavo Quinteros se tensa tras polémicos cambios en el partido ante River.

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Vélez Sarsfield ha tomado la delantera en la Liga Profesional de Fútbol argentino, consolidándose como líder indiscutido tras el empate 1-1 contra River Plate en el Estadio Monumental.

Este resultado le ha permitido a Vélez aumentar su ventaja a seis puntos sobre sus más cercanos perseguidores, Huracán y Talleres, quienes todavía tienen un partido pendiente por jugar.

Con esta sólida posición, el equipo parece estar en camino hacia el campeonato.

Sin embargo, no todo es tranquilidad en el club, ya que una serie de incidentes en el campo de juego han sacado a la luz ciertas tensiones dentro del vestuario.

Durante el encuentro, el entrenador Gustavo Quinteros tomó decisiones que generaron descontento entre algunos de sus jugadores, en particular Elías Gómez y Claudio Aquino.

Gómez, quien fue sustituido en el minuto 80 a pesar de haber tenido una actuación regular, mostró su malestar de manera evidente.

Al dejar el campo, se le escuchó gritarle al DT: "Sos un cagón, ahora vamos a hablar", una frase que rápidamente se viralizó en las redes sociales.

Este tipo de conflictos no son comunes en un equipo que marcha en la cima de la tabla, lo cual hace que la situación sea aún más notoria.

Además, el jugador se sintió desconcertado, dado que había jugado 90 minutos en doce de los dieciocho partidos previos de la Liga Profesional.

Gómez explicó posteriormente a la prensa que su reacción fue desmedida y atribuida a un error que lo llevó a cometer una falta que resultó en el penal convertido por Miguel Borja, que igualó el marcador.


"Quiero pedirle disculpas; ya lo hablé con el entrenador", expresó el jugador, quien admitió que fue un momento de calentura.

Por su parte, Claudio Aquino también expresó su descontento cuando fue reemplazado en el minuto 81 por Jalil Elías.

Si bien su reacción fue menos explosiva, también hizo evidente su frustración al lanzar un insulto en dirección a su asistente, Leandro Desábato, al sentarse en el banco.

Posteriormente, Aquino reconoció su error y se disculpó con sus compañeros por su comportamiento: "Soy uno de los referentes del plantel y no puedo hacer eso", añadió el centrocampista.

En conferencia de prensa, Quinteros abordó la situación, enfatizando que el respeto en el equipo es fundamental: "Si hubo una falta de respeto, probablemente habrá un castigo deportivo.

No me disgusta que los jugadores se enojen, pero deben respetar al compañero que entra en su lugar.

El respeto no se negocia". La situación, si bien ha puesto a Vélez en una posición privilegiada en la liga, también ha levantado preguntas sobre la cohesión del equipo y su capacidad para manejar las tensiones internas a medida que se acercan al final de la temporada.