Un combate en UFC Abu Dhabi terminó en una lesión severa para Mohammad Yahya, generando cuestionamientos sobre la seguridad en la disciplina y el papel de los árbitros y entrenadores.

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En esta ocasión, el enfrentamiento entre Mohammad Yahya, peleador emiratí, y Steven Nguyen, de origen estadounidense, tuvo lugar en una de las veladas previas a la cartelera principal en Abu Dhabi.

Aunque no era el combate más promocionado del evento, la crudeza y la violencia de su desenlace captaron la atención tanto de fanáticos como de analistas deportivos.

Durante los primeros asaltos, Nguyen dominó con un plan claro: mantener la distancia, ejercer presión constante y conectar golpes efectivos que desgastaron rápidamente a Yahya.

La superioridad del estadounidense fue evidente, pero lo que más llamó la atención fue la duración en la que Yahya soportó los castigos antes de ser detenido.

En el segundo round, el ojo derecho del peleador emiratí mostraba una inflamación severa, aún así el combate prosiguió. Para el tercer asalto, el párpado de Yahya parecía completamente sellado por el edema, sin embargo, la pelea continuó unos segundos más hasta que la intervención del árbitro decretó la finalización por TKO.

La escena quedó marcada por la imagen impactante de Yahya con el ojo completamente cerrado, una de las más crudas en la historia reciente del UFC. Las redes sociales se inundaron de críticas dirigidas tanto al árbitro como a los asistentes del peleador, quienes no habrían intervenido a tiempo ni arrojado la toalla, un acto considerado por muchos como una negligencia.

La frustración y el rechazo ante esta situación no solo provinieron del público general, sino también de profesionales especializados en las artes marciales, quienes advierten sobre las consecuencias de mantener a un luchador en combate ante #lesiones tan evidentes.

En el #MMA de élite

Este tipo de incidentes reavivan el debate sobre los límites en el deporte y la responsabilidad de quienes participan en él. En el MMA de élite, los daños físicos en los ojos representan un peligro potencial de daños permanentes, como lesiones en la retina o daño al nervio óptico.

La atención médica inmediata fue necesaria para Yahya, y aunque no se confirmó el alcance exacto de su lesión, la preocupación por su visión y salud sigue vigente.

Este episodio trae a colación aspectos históricos del deporte, donde en distintas ocasiones se han cuestionado las prácticas de protección y los límites de la violencia permitida.

La lucha, que en sus orígenes tenía raíces en combates tradicionales y en disciplinas como la lucha grecorromana, ahora enfrenta un dilema: ¿hasta qué punto se puede llegar en busca del espectáculo sin comprometer la integridad física de los participantes?

Para Mohammad Yahya, más allá de la derrota, la experiencia representa una advertencia clara sobre los peligros inherentes a las competiciones de contacto extremo.

Perdió la visión en su ojo izquierdo en el pasado, y esta última lesión refuerza la gravedad de los riesgos. La UFC, por su parte, debe revisar sus protocolos de #seguridad y los criterios de detención para prevenir que situaciones como esta vuelvan a ocurrir.

La salud y la protección de los peleadores deben ser una prioridad, especialmente cuando el espectáculo puede costar la integridad física de los atletas.